En una entrevista a DomRadio -perteneciente a la archidiócesis de Colonia-, el redactor jefe de la revista Herder Korrespondenz, Volker Resing, sale en defensa de la historiadora Birgit Aschmann, autora del artículo que provocó que Benedicto XVI les enviara un comunicado en relación a su ensayo sobre la Iglesia y la crisis de los abusos sexuales.
“Aschmann traza históricamente el movimiento del 68 y también la revolución sexual a la que se refiere Benedicto -explica Resing-. En realidad, lo refleja muy bien: el verdadero sufrimiento católico de 1968 no surgió de los excesos de un movimiento juvenil, sino de la encíclica “Humanae Vitae”. Incluso los católicos más convencidos, que no eran sospechosos de haber bailado en Woodstock, dijeron entonces: ‘Estamos ante una doctrina moral católica que interfiere en lo más privado de la vida’”. De esta manera, el periodista justifica el artículo en tanto que Benedicto XVI abordaba en su ensayo el mayo del 68 y Aschamnn “simplemente no pudo pasarlo por alto”.
Así, niega que la académica malinterpretara al Papa. “Quizá se podría acusar al teólogo Ratzinger de no referirse a esta cuestión en su réplica. No se refiere a las críticas sobre el tema del 68 y la moral sexual. Es más, llega a decir que el texto de Aschmann puede inspirar una mayor reflexión. Por supuesto, me gustaría escuchar saber qué piensa el Papa emérito sobre ello”.
Visión reduccionista
Sobre el argumento principal de la matización del Papa emérito en relación a la nula referencia de Dios en las cuatro páginas del texto de la profesora Aschmann, el editor jefe de Herder Korrespondenz considera que “hablar de Dios es correcto y e importante, pero se reduce demasiado si solo se hace desde un puro pesimismo intelectual”. “Si se lee el texto de Benedicto XVI -continúa su reflexión-, se habla de la decadencia de la sociedad.
A partir de ahí, uno se pregunta dónde se queda la esperanza de un cristiano. ¿Dónde está el amor que Dios nos da, cuando se dibuja una sociedad decadente o cuando no se ve valora, por ejemplo, el movimiento de emancipación de la mujer como la obra de Dios que es?”, se cuestiona el responsable de la publicación alemana.
Incluso va más allá y lanza un dardo contra el retiro de silencio y oración que prometió Benedicto XVI tras su renuncia: “¿Realmente prometió silencio cuando habló de retirada?”.
