Los jesuitas celebran la fiesta de san Ignacio con la mirada puesta en Manresa 2022

  • Con motivo del 5º centenario de la llegada del santo de Loyola a la cueva catalana se celebrará un Año Jubilar ignaciano
  • Religiosos y laicos de espiritualidad jesuita han recuperado el camino a pie que el fundador de la Compañía hizo con motivo de su conversión

Aunque la celebración oficial en la basílica de Loyola en honor de san Ignacio siempre es el 1 de agosto, a las 11 de la mañana con el obispo Juan Ignacio Munilla y con las principales autoridades de la provincia de Guipúzcoa, las casas jesuitas de todo el mundo reservan este último día de julio para celebrar al impulsor de este ejército de religiosos dispuestos a llevar en nombre del Papa y la evangelización el nombre de Cristo hasta la última periferia.

Camino del año jubilar

También en la cueva de Manresa (Barcelona), a la que san Ignacio llegó en 1522 desde Montserrat y en la que pasó 11 meses antes de materializar el proyecto que sería la Compañía de Jesús, se celebrará este día. Una jornada con misas en el llamado Pozo de la Gallina, en el propio santuario y el rezo del rosario en la Cruz del Tort.

Pero ya se mira mucho más allá de este año ya que Manresa vivirá un año jubilar en 2022, precisamente cuando se cumple el 500 aniversario de la llegada del fundador de los jesuitas a la ciudad. Una ocasión para poner de manifiesto la “la atracción que Manresa ha tenido a lo largo de medio milenio, como cuna de las espiritualidades ignacianas (religiosas y seglares) y de toda la obra cultural, social y pedagógica que nace de estos”.

Mientras se concretan las iniciativas que ya se están lanzado de cara a Manresa 2022 y con la ilusión de una posible visita del primer Papa jesuita en el horizonte a alguno de los lugares ignacianos, desde el santuario se contribuye a difundir el legado de san Ignacio de Loyola como “un hombre con profunda vocación espiritual” y cuyo discernimiento en la población hace de Manresa “la ciudad cuna de la orden jesuita”.

De Loyola a Manresa

Una de las iniciativas conecta dos lugares de referencia en los orígenes ignacianos: Loyola y Manresa. Es el Camino Ignaciano, impulsado ahora por un pequeño grupo de laicos y jesuitas. Esta senda recrea la caminata del caballero Ignacio de Loyola cuando en 1522 hizo esa misma marcha. “Este itinerario ofrece la oportunidad de vivir una experiencia de peregrinación a los hombres y mujeres del siglo XXI, siguiendo el proceso espiritual que hizo Ignacio. El Camino comienza en la casa donde nació en Azpeitia (Guipúzcoa) y acaba en la Cueva de San Ignacio, en Manresa”, explican los impulsores.

Una página web ofrece las indicaciones oportunas y presenta las 27 etapas que componen esta ruta interior, una peregrinación para confrontar la propia vida con la ayuda de las orientaciones de Ignacio de Loyola. El recorrido de este camino fue para el santo una de las determinaciones de su conversión y por eso quiso ponerse en camino hacia Jerusalén, siguiendo el Camino Real, que le llevaría a Barcelona y por eso llega a Manresa. De el puerto de la Ciudad Condal pensaba salir en barco para proseguir su peregrinación a Tierra Santa.

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