Las Cruces, 150 años de historia y de acción eclesial en el corazón de Bogotá

  • Este emblemático barrio debe precisamente su nombre a la parroquia
  • Cáritas Colombia ha desarrollado una acción de atención a migrantes para generar proyectos de emprendimiento 

Las Cruces es un emblemático barrio encallado en pleno corazón de Bogotá. Son 150 años de historia, pues precisamente su fundación data de tiempos coloniales. “Podemos decir  que el barrio nació con la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de las Cruces, precisamente lo que le dio el nombre fue su templo, porque desde los comienzos del barrio la iglesia siempre ha estado presente en materia de educación, niñez, adultos mayores, entre otros”, ha dicho Fabio Sepúlveda, párroco de la zona, consultado por Vida Nueva.

Igualmente el sacerdote ha referido que en este sector hacen vida congregaciones como el de las hermanas dominicas de Santa Catalina de Siena, las Siervas de Cristo y las Hermanas de los pobres, quienes atienden a adultos mayores, menores víctimas de abuso y brindan el servicio de comedor comunitario. “Todos los religiosos trabajamos mancomunadamente en función del bien del barrio, podemos decir que si hay algún barrio que ha sido atendido por la Iglesia siempre ha sido el barrio Las Cruces”, mencionó.

Además Las Cruces también es muy conocida por ser el lugar de nacimiento del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, cuyo asesinato en 1948 dio origen a los hechos conocidos como el “Bogotazo”.

Zona de acogida

Asimismo desde tiempos de su fundación, Las Cruces ha sido un lugar de acogida. Todos aquellos que venían del interior del país en busca de mejores condiciones de vida, han encontrado en este sector el lugar ideal. En las actuales circunstancias, la migración de venezolanos también se ha convertido en un común denominador.

En este sentido, Sepúlveda ha indicado que “la migración nos ha cogido de sorpresa, pero pese a las limitaciones tratamos de hacerle la vida más agradable a los migrantes, especialmente a los venezolanos”.

“Es que también tenemos migrantes dentro del propio país –en referencia  los desplazados por el conflicto– hay mucha gente que viene huyendo de la violencia o que vienen buscando mejores oportunidades en Bogotá y empiezan por abajo, y precisamente empiezan por acá, encuentran buenos arriendos, están en una zona céntrica, la gente sale, puede ofrecer sus dulcecitos, en fin se hace  lo del diario”, ha expresado.

Soluciones con limitantes

El cura también ha referido un cúmulo de problemas, que no es exclusivo en este barrio, sino casi toda la ciudad. Entre ellos el fenómeno de la habitabilidad de calle, que desde la destrucción del llamado Bronx se ha desperdigado por toda la ciudad.

“Un problema bastante serio”, ha dicho el presbítero, porque para “ellos se ha convertido en una forma de vida aun cuando tienen a sus familias o tienen albergues por parte del estado, ellos han optado por las calles”.

“No les gusta ir a estos centros del distrito, porque se sienten como presos, ellos quieren la libertad y para ellos eso significa vivir en la calle”, ha referido.

Igualmente se siente esperanzado, porque si bien los problemas sociales siguen allí hasta sin solución incluso, particularmente con la movilidad humana habidas cuentas de la poca capacidad económica, “ahí tratamos de darle alguna solución”.

Emprendimientos para la integración

Además de las acciones que la parroquia y congregaciones vienen por años realizando, recientemente Cáritas colombiana, con apoyo de Cáritas Luxemburgo y Puentes de Solidaridad, desde hace unos 3 meses, viene desarrollando una labor de atención a población migrante. En esta acción pastoral además de venezolanos han identificado en menor proporción población cubana, haitiana, siria y hasta africana, que vienen haciendo tránsito.

Olga Ovalle, agente de Cáritas, coordina esta acción en el sector Las Cruces, ha explicado que “iniciamos un taller de la mano de la fundación Conviventia para dar lineamientos para la elaboración de proyectos de emprendimiento. Para ello le hemos dado a conocer la legislación colombiana en materia y a elaborar un buen plan de negocios”.

En este plan formativo han participado unas 40 personas de distintas nacionalidades con vocación de permanencia en el país y muchos con solicitudes de refugio en proceso. “La idea es pasar de la emergencia a un nivel más integral de atención, para empezar a construir la cultura de la integración, eso es lo más importante de este trabajo”.

Con miras a darle mayor sostenibilidad a esta iniciativa, Ovalle ha informado que el equipo de desarrollo social de Cáritas, se encuentra levantando un diagnóstico participativo en la comunidad a fin de tener en boca de sus protagonistas una fotografía de la realidad. “No es lo mismo hacer un proyecto dentro de las paredes de una oficina, a salir al encuentro de quienes nos necesitan y elaborarlo a partir de sus testimonios”, ha destacado.

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