Jolanta Kafka: “El clericalismo es el mayor escollo para la mujer”

Jolanta Kafka, presidenta de la UISG

La religiosa polaca Jolanta Kafka fue elegida el pasado mayo presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG), el organismo que aglutina a institutos de consagradas a las que pertenecen más de 450.000 monjas de todo el mundo. Líder de las Religiosas de María Inmaculada (Misioneras Claretianas), Kafka asegura que vive esta nueva responsabilidad “como un servicio” y sostiene que para la vida consagrada mundial “no hay vuelta atrás en ninguno de estos campos: intercultural, intercongregacional e interreligiososo”.

PREGUNTA.- Usted representa a 450.000 religiosas. ¿Le pesa la responsabilidad? ¿Cómo va a ejercer el liderazgo?

RESPUESTA.- Lo vivo como un servicio, como una llamada a ponerme a disposición del Espíritu Santo dentro del consejo, en el que somos 12. Hay que partir de la escucha de la vida religiosa y del mundo. Es para mí un servicio, como digo, y ojalá sepamos dejar espacio al Espíritu para que nos acompañe, nos ilumine y nos sostenga, para que nos guíe en los pasos a dar, tanto en los grandes como en los pequeños. Lo vivo como una hermana, simplemente.

P.- ¿Por qué cree que la han elegido como presidenta de la UISG?

R.- No lo sé.

P.- Usted llevaba además poco más de un año como superiora general de su congregación…

R.- Sí, un año y medio. Es verdad que he participado en las actividades de la UISG muy de cerca durante muchos años cuando era vicaria. No me resulta lejano todo lo que es la vida de la UISG. No sé por qué me han elegido y yo misma se lo pregunto a Dios. Pero yo no soy importante. Hay un consejo donde trabajaremos juntas y nos insertamos en un camino ya muy desarrollado desde el discernimiento y desde lo que Dios nos vaya inspirando. Debemos buscar los mejores caminos para llevarlo a cabo.

P.-  ¿Se creará entonces una estructura estable dentro de la UISG para seguir los casos de abusos?

R.- Esa es una de las propuestas. Vamos a ver cómo la canalizamos. La idea es ofrecer formación, una mesa de escucha y acogida, y ayudar a quienes no saben cómo y a dónde dirigirse. Este es uno de los proyectos en los que estamos trabajando, además de seguir con los ya citados. También queremos continuar el tema formativo y de reflexión sobre lo que es la mujer religiosa hoy en el mundo. La cuestión de la lectura del carisma en la Iglesia sigue siendo un campo sobre el que hay que seguir leyendo, escuchando, buscando la inculturación y que personas religiosas de todo el mundo se involucren. La multiculturalidad es una experiencia que ya vivimos y que tenemos que buscar, profundizar en ella y darle nuevos caminos. Es uno de los temas que también el Papa en la audiencia nos puso como tarea. Debemos ahondar en la multiculturalidad y en el diálogo intergeneracional dentro de las congregaciones en camino hacia la interculturalidad.

P.- En el camino para lograr una mayor inclusión de la mujer en puestos de decisión de la Iglesia, ¿se está yendo rápido o lento, acompañado o en solitario?

R.- Se está yendo lento, pero se está caminando. Hay un camino. Seríamos injustas diciendo que no se ve ningún signo. Sí, se ven signos de un camino. Hay que ser conscientes de que los procesos no dependen solo de Roma, sino del mundo entero. Los ritmos en la Iglesia y en la vida religiosa son diferentes en los diversos lugares. El modo de incluir a todos es respetar esas distintas velocidades.

P.- ¿Cuál es el mayor escollo en ese camino, el clericalismo?

R.- Sí, el clericalismo. El otro obstáculo que yo veo es que pesa un cierto un bagaje de siglos de determinadas formas de vida.

P.- ¿Ha leído el informe de la Comisión de Estudio sobre el Diaconado Femenino que le entregó el papa Francisco a su antecesora?

R.- Todavía no, pero está en nuestras manos. El Santo Padre nos entregó el resumen del trabajo de la comisión.

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