Nuncio apostólico de Colombia asegura que el problema de migración venezolana no es temporal incluso caiga o no Maduro

  • El alto funcionario ha destacado la labor de la iglesia en esta materia sin embargo no hay suficiente capacidad ante la alta demanda
  • “No se puede jugar con la ayuda humanitaria”, en referencia al intento de ingreso de ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero liderada por Juan Guaidó

“Yo sé que no todos admiten esto, pero el problema de Venezuela estará ahí por mucho tiempo, no es temporal y no es solo Maduro. Caiga o no caiga [Maduro], tendremos el problema allí, así es que mejor que nos preparemos”. Con estas afirmaciones, durante el lanzamiento de la colecta de Caridad del Papa, Luis Mariano Montemayor, nuncio apostólico de Colombia, ha advertido a todos los sectores del país y de la región la gravedad del asunto.

No jugar con la ayuda humanitaria

Asimismo ha fustigado a la oposición venezolana, en especial a Juan Guaidó al reiterar que la ayuda humanitaria que se intentó ingresar al país vecino el pasado 23 de febrero, ahora represada en Tienditas (Cúcuta), fue una operación aparentemente humanitaria pero que “después terminó siendo decididamente política”.

“No se puede jugar con la ayuda humanitaria”, ha dicho, pues venga de donde venga bien sea de la Cruz Roja, Naciones Unidas o de la propia Cáritas, esta acción es recibida en cualquier escenario de conflicto porque se hace sin ningún tipo de sesgo político.

“Nosotros somos recibidos en todos los campos de batalla y en todos los sectores precisamente, porque aseguramos que somos neutrales, que queremos asistir al que sufre independientemente de cualquier posición política”, ha remarcado.

Solidaridad y acción mancomunada

Asimismo el prelado ha recordado que desde hace tiempo la Iglesia ha estado atenta al fenómeno migratorio venezolano, de hecho, ha informado que la atención a migrantes venezolanos rebasó la capacidad de atención: “en este momento estamos hablando de entre 6, 8 y algunos afirman que hasta 10 millones de venezolanos que están en situación crítica por cuestiones de medicinas, asistencia humanitaria, vivienda, servicios varios y sobre todo nutrición”.

Por otra parte señala que el fenómeno de Cúcuta es crítico, no obstante el problema ha llegado a todo el país. “Los obispos de la parte de la costa dicen que es en toda esa zona”, además en el suroccidente colombiano las cifras aumentan: “en Pasto hay 2.000 que viven allí y en Ipiales 1.500 venezolanos”.

“Es un problema que apela de nuevo a la solidaridad del pueblo colombiano, pero también a las políticas de estado, por tanto debemos sentarnos con el gobierno, las ONG, la sociedad civil para ver como enfrentamos este problema grave”, ha señalado.

No damos abasto

Si bien en Cúcuta el movimiento pendular (ingreso y retorno) y personas en  tránsito (que van a países del sur) ha aumentado significativamente, al Nuncio le preocupa sobremanera a aquellas con vocación de permanencia, porque no hay una política pública para abordar estos problemas. Por mencionar un caso concreto, por ejemplo, está en el problema de apatridia de niños de padres venezolanos nacidos en territorio colombiano.

Este sentido diplomático de la Santa Sede es claro: “yo diría que Colombia no daría abasto tampoco aunque se organizasen mejor, hemos detectado una falta de coordinación entre la autoridad central, departamental y la local”.

Desafíos de la Iglesia

Advierte que si no se toman cartas en el asunto el problema podría agravarse, especialmente en situaciones de este tipo se generan problemas humanitarios colaterales  como inseguridad, prostitución, indigencia, entre otros.

Igualmente para la propia Iglesia hay desafíos en cuanto a la asistencia pastoral. “El venezolano viene de una tradición religiosa similar pero no igual, así que necesita una asistencia específica”, admite.

Incluso ha hecho mención de situaciones extremas como el caso de una madre con cuatro niños que se suicidó mientras se la atendían. “Hay escenas de violencia en las colas o filas para esperar ser alimentados, nunca se había tenido estos problemas de impaciencia y violencia entre quienes están esperando, pero ahora sí y hemos tenido que pedir la asistencia de los cuerpos de seguridad del estado lo cual demuestra la gravedad”, ha referido.

Foto: CEC

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