Visita Ad Limina: “Hay una valoración muy grande de Francisco y de la Iglesia que lo ha gestado”, expresó Margni

Durante todo este mes, los obispos argentinos estarán en Roma realizando la Visita Ad Limina.

Ya realizaron la VAL, los obispos de las regiones del NEA, Litoral y Platense. Ahora, están presentes los obispos de la región Buenos Aires, y a partir del día 12, lo harán las regiones de Patagonia, Centro, NOA y Cuyo.

Promediando esta Visita, VNCS habló con el auxiliar de Quilmes, Marcelo “Maxi” Margni, uno de los nuevos obispos nombrados por el Papa Francisco.

Pregunta: ¿Qué significa una primera Visita Ad Limina para un obispo nuevo? ¿Qué experiencia se lleva?

Respuesta: Lo que más me resulta significativo es el encuentro fuerte y fraterno con los obispos de la región Buenos Aires que, en los últimos años, fue tomando una característica particular. Somos muchos auxiliares. Y aunque no tenemos obligación de participar de la Visita Ad Limina, nuestros obispos diocesanos nos pidieron poder participar, y con buen tino completamos una parte importante de la formación en este servicio, en este ministerio.

Es muy significativo esta Visita Ad Limina, como práctica, para cosas concretas. Hay ciertamente detalles importantes en cuanto al gobierno y a la responsabilidad que tienen los obispos que hay que atender.

Tengo que decir que en esta ronda de encuentro con los organismos de la Santa Sede, tienen una particular mirada sobre la Iglesia argentina, particularmente sobre este grupo nuestro. Somos la región en la que el Cardenal Bergoglio actuó como obispo. Nos reciben con mucha apertura y con mucha ganas de escucharnos, de escuchar qué llevamos, qué estamos haciendo. Es una visita muy amena, donde en el fondo está la figura del Papa Francisco, y de este grupo en particular, que ha sido su grupo de pertenencia y de identidad eclesial.

P: Siendo usted Vicario de Educación de su diócesis, ¿qué aportes le brindó a usted para su trabajo diario la reunión que mantuvo en la Congregación para la Educación Católica?

R: Nos encontramos en un panorama general en un marco de crisis de instituciones, donde la escuela en sí misma, tiene su problemática. No obstante, en lo que refiere a la educación católica, algunos puntos se deslizaron como interesantes: el tema de la inclusión, la humanización, la educación en el diálogo y la paz, la globalización de la esperanza, el trabajo en redes, el cuidado del mundo en sintonía con Laudato ‘Si, el tema de justicia y la solidaridad. 

Se tocó bastante el tema de la pastoral universitaria como una gran deuda en la Argentina. Nos cuestiona que en egresados o profesionales que salen de instancias de enseñanza superior de propuestas creyentes, salgan dirigentes de instituciones o políticos, en los que no se nota o no ha habido una posibilidad de comunicación de la fe o de valores de la fe. Me interesó porque, en Quilmes, tenemos una deuda con ello con el mundo juvenil más adulto. Tenemos varias universidades públicas de gestión estatal y una sede de la Universidad Católica de La Plata, y debemos intentar realizar una propuesta integradora con las universidades estatales.

Con esta reunión, a mí me ha puesto horizontes que ya venimos trabajando en la Vicaría de Educación en Quilmes con el equipo, que ya está por lanzar un “documento base”, que busca ahondar raíces en la realidad diocesana y la reflexión sobre la educación y las escuelas.

P: ¿Cómo ven desde Roma a la Argentina? ¿Cómo ven a su diócesis?

R: Con respecto a como ven a nuestra diócesis, no hemos tenido una devolución. Sí, en torno a la Región Buenos Aires. Creo que hay una mirada positiva en cuanto a la creatividad pastoral y el modo en que se expresa eclesialmente: la religiosidad popular, la opción preferencial por los pobres, una suerte de experiencia de iglesia como hospital de campaña, que está cerca del que sufre, del descartable, dentro del desborde que se vive en el conurbano bonaerense. Priorizar esos lugares de dolor, de sufrimiento, de descarte, para saber que estamos donde debemos estar. Luego, está todo lo que hay que emprender en el mundo de la evangelización y de la pastoral para salir al encuentro y fecundar la cultura.

En cuanto a Argentina, estamos jugando “en primera”. Hay mucha valoración del episcopado de Francisco, de su capacidad comunicativa, de su elocuencia y de su valentía, de su sabiduría simple pero profunda, que puede salir al encuentro de los pueblos con autoridad. Hay una valoración muy grande de Francisco y de la Iglesia que lo ha gestado, la Iglesia en la Argentina y la Iglesia latinoamericana.

 

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