El presidente de los obispos mexicanos: “Que la Pascua dé un nuevo aliento a nuestro peregrinar”

  • El arzobispo Rogelio Cabrera pide a los católicos manifestar la fe en cada acto de la vida, buscando siempre los bienes del cielo
  • El cardenal Carlos Aguiar desea que la Pascua transforme a los cristianos en testigos creíbles y convincentes de los valores del Reino de Dios

La resurrección de Cristo, es motivo de alegría, es la oportunidad que tenemos los creyentes para darle un nuevo aliento a nuestro peregrinar por este mundo. Nuestra fe está fundada en la Vida, no en la muerte, por eso, este día, debemos regocijarnos, prolongando esta celebración durante toda la Pascua”, así lo afirmó Rogelio Cabrera, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en su mensaje de Pascua.

Que la vivencia sea plena

El también Arzobispo de Monterrey hizo un llamado a manifestar la fe en cada acto de la vida, “orientados hacia Dios, con una ocupación clara y concreta, buscando, como dice San Pablo, los bienes de arriba, los del cielo, donde esta Cristo, el Señor”.

Asimismo, recordó que durante el tiempo de Pascua, se meditará, dentro de la Misa, la vivencia de fe de las primeras comunidades cristianas, “misma que se traducía en una experiencia real y solidaria con los necesitados”.

Para Rogelio Cabrera, el mensaje que Cristo “quiere que transmitamos es que: ¡Él está vivo y nunca nos abandonará! Esto es lo que debemos transmitir todos los cristianos, viviendo con alegría nuestra vocación específica. Este es el mensaje que la Iglesia entera comparte, esforzándose siempre para no desfallecer ante las adversidades que puedan presentarse”.

Deseó a los fieles que la vivencia de esta Pascua sea plena y pidió “que no se quede sólo como un tiempo litúrgico en el que cantamos ¡aleluya!, sino que ese aleluya, esa alegría, la vivamos en todos los momentos de nuestra vida, manifestando la gracia que hemos recibido, reconociendo el ‘gran tesoro’ que llevamos en nuestro corazón y que no puede quedarse egoístamente dentro, sino que hemos de compartirlo con todos los que nos rodean”.

Oportunidad para sanar grietas espirituales

Por su parte, Carlos Garfias, vicepresidente de la CEM y arzobispo de Morelia, en su mensaje de Pascua a su Iglesia particular, expresó que “tristemente seguimos viendo en nuestro mundo y en nuestras comunidades grietas espirituales y morales, palpamos vacíos que se crean en el corazón del hombre y de la sociedad, provocando odio, muerte violencia y sufrimiento; parece que el mal impera y señorea nuestro mundo y nuestra sociedad”.

No obstante, consideró que “no es así… María Magdalena y los discípulos nos enseñan el camino de la resurrección y la vida, y nos muestran la esperanza. Cuando parecía que con la muerte de Jesús fracasaría toda esperanza de cuantos confiaron en Él, la llama de la fe y de la esperanza, vuelve a encenderse en ella aún en la oscuridad de la noche”.

Una Iglesia capaz de transmitir paz

Carlos Garfias aseguró que Cristo es esperanza y consuelo “de modo particular para aquellos que han sido heridos y lastimados por la pobreza, la marginación, la violencia, la corrupción y la impunidad, la desigualdad y la discriminación. Cristo es esperanza a través de la Iglesia, que se esfuerza por encontrar caminos que conduzcan al diálogo, a la reconciliación y a la paz, se esfuerza por crear condiciones que ayuden a responder a las situaciones de sufrimiento e injusticia”.

Hizo un llamado a seguir orando en esta Pascua “para que la luz de la paz y de la dignidad humana venza a las tinieblas de la división, del odio y la violencia. Que la victoria pascual de Cristo nos aliente a todos a caminar juntos hacia la tierra de la libertad y de la vida, hacia la verdad, la justicia y la paz. Que sigamos ofreciendo caminos de reconciliación y de paz, para renovar y revitalizar nuestra acción pastoral y fortalecer nuestra esperanza”.

Una Iglesia que transforma a la sociedad

En ese sentido, ante los fieles de la Ciudad de México, Carlos Aguiar, arzobispo de México, manifestó que la Iglesia es portadora de la levadura que transforma el estilo de vida en la sociedad. “Por ello su misión es dar a conocer a Jesucristo, Palabra del Padre, que comunica la fuerza del Espíritu Santo para mover el corazón del hombre, y convertirlo en un corazón de carne, que comprenda y entienda a su prójimo como hermano, que conviva en fraternidad y solidaridad, aprendiendo a amar como Dios Trinidad nos ha amado desde la Creación”.

Asimismo, exhortó a los fieles capitalinos a pedir a Jesús, “vivo en cada uno de nosotros y en cada comunidad cristiana, que al haber celebrado los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección, nos haga vivir esta Pascua y nos transforme en testigos creíbles y convincentes de los valores del Reino de Dios, anunciado y vivido por Jesucristo, el Señor de la Historia, y seamos una Iglesia capaz de transmitir la alegría, el gozo y la paz, de quien se sabe amado por quien lo ha creado”.

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