Antonio Barnés: “Como Dios es infinito, su búsqueda y encuentro también lo son”

  • Este profesor en la Complutense coordina del Proyecto Dios en la Literatura Contemporánea
  • Surge de la reivindicación de que la religión “no atañe en exclusiva a la teología y a la filosofía”

Antonio Barnés, profesor de Literatura

Antonio Barnés, profesor de Literatura en la Universidad Complutense de Madrid, es uno de los impulsores del Proyecto Dios en la Literatura Contemporánea, en el que, desde hace tres años, un grupo de apasionados por los libros, convencidos, además, de que lo espiritual sobrevuela con mucha fuerza (o con una fina brisa) en sus mejores páginas, se vuelcan en todo tipo de iniciativas para acercar este tesoro a muchos lectores.

PREGUNTA.- ¿Cómo surgió el Proyecto Dios en la Literatura Contemporánea? ¿Qué os movió a dar el paso a la hora de tratar de adentraros en el reto de poner luz en la siempre fascinante relación entre los creadores de arte y Dios?

RESPUESTA.- Está bastante atestiguada la presencia de Dios en la literatura antigua, medieval y moderna (hasta el siglo XVIII), pero en la Edad Contemporánea es más difícil advertirla por la enorme cantidad de obras y corrientes literarias. Queríamos contribuir a diseñar la cartografía de Dios en la literatura de los dos últimos siglos y los comienzos del tercer milenio.

Además, suele pensarse que la cuestión de Dios atañe en exclusiva a la teología y a la filosofía, pero no es así. La literatura no es solo entretenimiento, sino también conocimiento. Basta ver cómo Platón o Cristo emplean parábolas, relatos, mitos para explicitar su pensamiento.

Presencia en la Red

P.- Contáis con un blog, una cuenta en Facebook, un canal en Youtube… ¿Es un objetivo tratar de entrar en el atrio de los gentiles, en este caso el corazón de los más jóvenes, tratando de captar su atención por una cuestión que, aparentemente, puede estar muy alejada de sus intereses cotidianos?

R.- Las redes sociales son la cartelería y el buzoneo de otras épocas. Si quieres dar a conocer un proyecto y difundir sus actividades, no puedes no emplearlas. Si, al mismo tiempo, eso nos permite llegar al público más joven, estupendo. El botellón es insatisfactorio. El corazón del joven también busca a Dios, y no descansará hasta que repose en Él.

Para los jóvenes, en concreto, hemos convocado el certamen Dios en las artes: foro con premios en metálico para actuaciones artísticas inspiradas en Dios.

P.- También organizáis mesas redondas, conferencias y habéis celebrado hasta dos congresos internacionales, en 2017 en Madrid y en 2018 en Toledo… ¿Observáis un creciente interés por esta cuestión en el ámbito académico?

R.- Constatamos que hay bastante gente deseosa de transmitir lo que ha descubierto en su investigación o en su propia creación acerca de Dios, pues, a pesar de no haber invertido apenas en difusión, nos han llegado 80 propuestas de media docena de países que finalmente se han plasmado en 60 intervenciones en los dos congresos. Para el tercer congreso, ya convocado, nos están llegando igualmente propuestas de diversos países: ya hay dos de los Estados Unidos.

Viktor Frankl decía, y casi demostraba, que el hombre es un ser en busca de sentido. Pensar sobre Dios, buscar a Dios siempre será una necesidad. La ventaja de nuestro tema es que posee una perenne actualidad.

Un universo inabarcable

P.- ¿Cuál sería para ti el autor que más ha conseguido retratar con su literatura la esencia de Dios o el anhelo humano por la inmortalidad?

R.- Si la esencia de Dios es misericordia, ahí está ‘Misericordia’, de Galdós; si la esencia de Dios es amor, mira el amor de Sonia en ‘Crimen y castigo’, de Dostoevskiï; si la esencia de Dios es sentido, la literatura de Kafka refleja maravillosamente el sinsentido; si la esencia de Dios es libertad, ‘Rebelión en la granja’, de Orwell, muestra los efectos de la demagogia al servicio del Estado y la consiguiente esclavitud del hombre; si la esencia de Dios es escucha, lee ‘Momo’, de Ende; si el hombre es más que el producto de un laboratorio, ahí está ‘El extraño caso del doctor Jekyll y Mr Hyde’, de Stevenson.

¿Anhelo de inmortalidad? ‘La muerte’, de Iván Illich, Tolstoï. ¿Conversión? ‘La mujer nueva’, de Carmen Laforet. Hay muchos autores y obras. Como Dios es infinito, su búsqueda y encuentro también lo son.

P.- ¿Y el que haya avanzado con más creatividad en esta senda y sea más desconocido por el gran público?

R.- Tolkien, Lewis, Chesterton han sido muy creativos. El gran público lee obras para entretenerse sin mucho esfuerzo mental…, pero el cine ha popularizado a Tolkien y Lewis.

P.- ¿Cómo animarías a una persona alejada completamente de este ámbito a que quiera leer a alguien que le habla en clave de Dios, ya sea a nivel de fe o de búsqueda?

R.- Que lea ‘Ortodoxia’, de Chesterton.

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