Taizé reivindica a Unamuno como un referente cristiano

  • Miguel Ángel Malavia imparte un taller sobre la incansable búsqueda espiritual del filósofo vasco
  • El redactor de Vida Nueva lamenta que este homenaje sea una “excepción” en la Iglesia española

Miguel de Unamuno

El Encuentro Europeo de Jóvenes de Taizé, celebrado en Madrid, afronta su recta final. Un evento interconfesional que congrega a 15.000 chicos de todo el continente y que está marcado por un profundo clima de alegría y fe desbordada. Pero también por la reflexión, como se ha reflejado en las decenas de talleres sobre todo tipo de temas de los que los participantes han podido disfrutar en numerosas parroquias de la capital los días 29 y 30 de diciembre.

Uno de ellos tuvo lugar ayer, domingo 30, en la parroquia Nuestra Señora del Buen Suceso, bajo el título “’Cuando sufre, el corazón se salva, vive de nuevo’. Itinerario de fe de Miguel de Unamuno (1864-1936), poeta y filósofo”. Ante más de un centenar de asistentes, ue impartido por Miguel Ángel Malavia, redactor de Vida Nueva, quien agradeció a Taizé su “apuesta por reivindicar a Unamuno como un referente cristiano; algo, por desgracia, excepcional en nuestra Iglesia española”, desconfiando muchos pastores de su “carácter heterodoxo”.

Una sincera espiritualidad

Durante una hora, nuestro compañero buceó en la búsqueda incansable de Unamuno por abrazar a Dios y la vida que nunca muere, lo que sin duda fue el motor íntimo del histórico rector de la Universidad de Salamanca, por encima incluso de su implicación en la política o en la llamada cuestión social.

Malavia, que acaba de publicar ‘Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno‘ (Manuscritos), lo hizo reivindicando a quien siempre mostró, con total desnudez, “un alma libre, profundamente humana y encarnada en la bondad”, camino “siempre seguro” a la hora de definir “una sincera espiritualidad”, en la que “las preguntas pesan más que las certezas”.

Tras la charla, en la que el periodista fue acompañado por el hermano Jean-Marie, de Taizé, hubo un tiempo de reflexión en torno a cuatro lecturas unamunianas, con extractos de la novela ‘San Manuel Bueno, mártir’, el ensayo ‘Vida de Don Quijote y Sancho’ y el cuento ‘El maestro de Carrasqueda’.

A continuación, hubo un animado turno de preguntas que se extendió otra hora más, terminando el acto con un sentido cántico con unos versos de Unamuno recuperados por el hermano Jean-Marie y que se han incorporado al canto oficial de esta edición madrileña de Taizé, y que dicen así: “Tu palabra, Señor, no muere, nunca muere, porque es la vida misma, y la vida, Señor, no solo vive, no solo vive, la vida vivifica“.

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