Francisco en Marruecos: acaba de aterrizar en el aeropuerto de Rabat

Papa en Marruecos. Francisco con Mohamed VI

La visita del papa Francisco a Marruecos, centrada en Rabat, ya ha comenzado. El avión que le conducía desde el aeropuerto romano de Fiumicino le ha dejado, bajo una fuerte lluvia, a las 14:01 horas (a las 13:01 en el horario local) de este sábado 30 de marzo en la capital marroquí. Bergoglio, en el que es su 28º viaje internacional, permanecerá en la nación magrebí menos de 48 horas, hasta mañana, domingo 31.

El acto inaugural será en la ceremonia de bienvenida, que tendrá lugar en la plaza que sirve de marco al Palacio Real, residencia del rey Mohamed VI. A continuación, el Pontífice ofrecerá, a las 15:00 horas (las 16:00 en la Península), su primer discurso, en el transcurso de un encuentro con representantes de las autoridades públicas, la sociedad civil y el cuerpo diplomático, en la explanada de la Mezquita Hassan II.

Tras las huellas de Francisco de Asís

A pesar de la brevedad de su estancia en Marruecos, Francisco mantendrá estos dos días una intensa actividad y, a buen seguro, reflejará su apuesta por el fortalecimiento de las relaciones entre musulmanes y cristianos y tendrá muy presentes a los migrantes subsaharianos que sueñan con alcanzar Europa a través de Marruecos.

El primer eje queda claro en el propio logo del viaje, que aúna, simbólicamente, la cruz cristiana y la media luna musulmana, así como los colores de los dos países: el verde y rojo de Marruecos y el amarillo y blanco del Vaticano. Además, como ya ocurriera con la visita a los Emiratos Árabes, la presencia del líder de la Iglesia católica en un país de mayoría islámica se produce en el octavo centenario del histórico encuentro entre Francisco de Asís y el sultán al-Malik al-Kāmil. Algo que no es ni mucho menos casual, sino que forma parte de un deseo personal de Bergoglio.

‘Servidor de la Esperanza’

El lema de la visita, ‘Servidor de la Esperanza’, puede ilustrar perfectamente el segundo eje: abrazar a las cientos de miles de personas que se juegan a vida cruzando cada frontera y que muchas veces, mientras esperan para poder llegar algún día a Europa, afrontan en Marruecos situaciones de mucho sufrimiento y en las que sus derechos humanos más esenciales se ven frecuentemente vulnerados.

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