¿Qué tienen en común el Papa y el presidente de Microsoft?

  • El líder del gigante informático, Brad Smith, visitó el Vaticano para presentar un premio de la Pontificia Academia de la Vida sobre inteligencia artificial
  • En sintonía con el mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales, apostó por “la necesidad de profundizar las consecuencias de las interacciones negativas en la red”

Francisco ha recibido a Brad Smith, el presidente del gigante informático Microsoft. Este abogado estadounidense de casi 60 años ha sido el representante legal de los intereses de la multinacional fundada hace 43 años en Nuevo México por Bill Gates y Paul Allen. La excusa que ha propiciado el encuentro ha sido la puesta en marcha de un nuevo premio sobre inteligencia artificial al servicio de la vida humana patrocinado por Microsoft.

“La tecnología necesita la alianza entre la ética, la política y el derecho”, ha reclamado Smith a L’Osservatore Romano al concluir el encuentro con el pontífice. Y es que las nuevas herramientas tecnológicas reclaman “la importancia de formar a personas con nuevas capacidades” para que realidades como la inteligencia artificial tenga “un impacto en todos los ámbitos de la sociedad” desde “un sentido de responsabilidad común”.

Uso más seguro y responsable

Para el abogado, “si se quiere garantizar que la gente crea en la tecnología y confíe en ella, tenemos que pensar más allá de la propia tecnología y abordar la necesidad de principios éticos más sólidos”, comenzando por las leyes. Aspecto que va en sintonía con el último mensaje del Papa para la Jornada de las Comunicaciones Sociales que pide crear una auténtica “comunidad humana”.

En este sentido, ha apelado al compromiso de gobiernos y empresas para crecer en el “uso más seguro y responsable de la tecnología, especialmente entre los niños y los jóvenes”. “Estamos profundamente comprometidos con la necesidad de profundizar la educación sobre las consecuencias en el mundo real de las interacciones negativas en la red, que pueden incluir la pérdida de confianza en los demás, el aumento del estrés, la privación del sueño e incluso pensamientos suicidas”, aclaró.

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