“Seminaristas indígenas sufren discriminación”, denuncia obispo mexicano

  • Casi una cuarentena de jóvenes procedentes de diversas culturas originarias de América Latina revelaron sus experiencias dentro de los seminarios y casas de formación
  • Piden dar prioridad en el acompañamiento a los seminaristas indígenas, sin que eso implique perder la identidad

En América Latina, muchos indígenas, al ingresar a un seminario o casa de formación de las congregaciones religiosas, pierden sus raíces culturales, pues los formadores desconocen y menosprecian los valores de sus culturas, no están preparados para dar acompañamiento adecuado a estos jóvenes y, por ello, en el mismo seminario sufren discriminaciones.

Así lo dijo el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, México, Felipe Arizmendi Esquivel, quien recientemente participó en el Encuentro Latinoamericano de Seminaristas de Pueblos Originarios, que se llevó a cabo del 14 al 19 de enero en el Seminario Conciliar de México, situado en la alcaldía de Tlalpan, Ciudad de México.

Arizmendi explicó que fueron 36 los seminaristas participantes, procedentes de varias culturas originarias de América Latina, todos ellos autóctonos de diversos pueblos, hablantes de sus idiomas indígenas maternos.

Dijo que quedó emocionado casi hasta las lágrimas al escucharlos, al final del encuentro, comprometidos a asumir sus raíces, valorar sus culturas y no acomplejarse más, sino ofrecer con humildad y valentía todo lo bueno que llevan en su corazón desde su familia y sus pueblos.

“Con esta actitud –añadió– son una esperanza de ir logrando, como han pedido los Papas, unas iglesias, unas diócesis, con rostro autóctono, con rostro indígena, para que en verdad la Iglesia sea católica, no monocultural, sino pluricultural, dentro de la unidad”.

En el encuentro –organizado por las dimensiones de Seminarios, Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, en coordinación con los Departamentos de Vocaciones y Ministerios, de Cultura y Educación, del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM)– participaron candidatos al sacerdocio de las culturas Guaraní (Paraguay), Aymara (Bolivia), Ashaninka (Perú), Kichwa (Ecuador), Piratapuyo y Tucano (Colombia), Bribri (Costa Rica), Miskito (Nicaragua), Q´eqchí´ y Kaqchikel (Guatemala),  Náhuatl, Cora, Maya, Zoque, Mazahua, Purhépecha, Tsotsil,  Ch´ol, Otomí, Zapoteca y Mixteca (México).

Un gran primer paso

Felipe Arizmendi explicó que en un primer momento, los seminaristas compartieron las realidades sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas de sus pueblos, y posteriormente analizaron documentos del Magisterio eclesial en lo que tiene que ver con la pastoral indígena.

Al final, los participantes hicieron varias propuestas para ellos mismos, para los seminaristas de etnias originarias, para los seminarios, las diócesis y sus familias, entre ellas, pidieron crear y fomentar la conciencia de la importancia y el valor de su cultura, para afianzar la identidad personal en su respuesta vocacional. Así mismo, exhortaron a los seminaristas que no son originarios, a que puedan conocer y valorar la cultura de los pueblos y seminaristas originarios.

También se comprometieron a ser protagonistas de la inculturación en los seminarios dando a conocer los ritos y costumbres de su cultura a los demás seminaristas, y pidieron dar prioridad en el acompañamiento a los seminaristas indígenas en los seminarios, sin perder la identidad.

“Que los formadores conozcan la realidad de los seminaristas indígenas para dar un mayor acompañamiento y, así, enriquecer los valores culturales de nuestros pueblos”, fue otra de sus peticiones.

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