Obispo de Santa Rosa de Osos retira a sacerdote amenazado de muerte en zona rural

  • La región del nororiente antioqueño, en Colombia, es azotada por la violencia: “Los habitantes se han convertido en objeto de atropellos de los grupos al margen de la ley”, advierte Jorge Alberto Ossa
  • El prelado pide respeto a la vida, inversión social y presencia institucional para garantizar la paz en la zona donde la Iglesia tiene más de 100 años acompañando a sus habitantes

Frente a la situación de violencia que ha ido en aumento en el Bajo Cauca, en el nororiente del departamento de Antioquia, la diócesis colombiana de Santa Rosa de Osos, en figura de su obispo Jorge Alberto Ossa, denunció en un comunicado que “los habitantes se han convertido en objeto y blanco de los desmanes y atropellos de los grupos al margen de la ley”.

Asesinatos y cobro de ‘vacunas’ a comerciantes tienen a la población en zozobra, especialmente “por la impotencia al no sentirse acompañada y defendida por la institucionalidad que parece acostumbrase a este fatídico modo de actuar de los delincuentes,” indicó el titular de la diócesis, también en nombre de la pastoral social.

Violencia desbordada

La propia Iglesia padece el rigor de la violencia desbordada en esta diócesis, con más de 100 años de presencia y acompañamiento a las comunidades parroquiales de las subregiones Norte, Bajo Cauca-Nechi y Nordeste del territorio antioqueño.

Precisamente tras la amenaza de muerte recibida por el presbítero José Sánchez, párroco de Cuturú, zona rural de Caucasia, por no aportar “económicamente a uno de los grupos en conflicto”, el obispo de la diócesis procedió al inmediato retiro del sacerdote hasta que “no haya garantías de respeto a su vida”.

“La Iglesia católica diocesana JAMÁS aportará dinero a ningún grupo promotor de violencia y al margen de la Ley. Hacerlo sería legitimar acciones en radical y total contradicción con el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo”, aseguró enérgicamente Ossa.

Respeto a la vida como garantía de paz

El respeto de la vida por encima de toda circunstancia “desde la concepción hasta la muerte natural y que solo es posible dignificar y cualificar con los valores evangélicos y la inversión social del Estado y la empresa privada”, ha sido la consigna del obispo diocesano.

La vida humana no solo debe ser vista como hecho biológico “para medir los índices estadísticos de seguridad”, es un don de Dios hay que defender. En este sentido, es fundamental que no “falte la inversión social en las comunidades y presencia institucional”. De lo contrario, “serán estériles e inútiles todas los iniciativas en procura de la paz”, recalcó Jorge Alberto Ossa.

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