La Audiencia de Pontevedra deja en libertad al líder de los ‘Miguelianos’ tras casi 4 años en prisión

  • El acusado ha cumplido el periodo máximo de prisión provisional por asociación ilícita y delitos sexuales
  • A la espera de la sentencia, tendrá que comparecer cada 15 días y tiene prohibido salir de España
  • El Fiscal pide 66 años de prisión para Feliciano Miguel Rosendo da Silva

La Audiencia de Pontevedra ha decretado hoy, 5 de diciembre, la puesta en libertad de Feliciano Miguel Rosendo da Silva, líder de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como los ‘Miguelianos’. Rosendo, acusado de asociación ilícita y delitos sexuales, el próximo día 11 cumplía el periodo máximo de cuatro años de prisión provisional. El tribunal le ha impuesto como medidas cautelares comparecencias quincenales y la prohibición de salir de España, a la espera de dictar sentencia, según informaron a EFE fuentes del Tribunal Superior de Galicia.

El juicio contra Miguel Rosendo y otras seis integrantes de la Orden quedó visto para sentencia la pasada semana tras 30 sesiones en las que, además de los acusados, comparecieron en la Audiencia de Pontevedra 118 personas, entre testigos y peritos. El fiscal pide para el líder de la presunta secta 66 años de cárcel por un delito de asociación ilícita, doce contra la integridad moral, cinco de coacciones y tres contra la libertad sexual: uno por agresión sexual continuada y dos por abuso sexual continuado.

Dos años de prisión para cuatro miembros

El representante del ministerio público en el caso pide también para Ivana Lima, Iria Quiñones, Belén Esmerodes y José Carlos Acevedo dos años de prisión por asociación ilícita, delito que también atribuye a Dolores Espiñeira y Esteban Riobó. Para estos dos últimos, que reúnen la doble condición de acusados y víctimas en esta causa, el fiscal reduce la petición de cárcel de dos años a once meses, junto con una multa de 2.160 euros.

La Diócesis, que figura en la causa como responsable civil subsidiaria, tuvo conocimiento de unas supuestas “irregularidades” en diciembre de 2012 y para comprobar su veracidad nombró a un visitador canónico. La Iglesia se basó en el informe de este visitador canónico para apartar cautelarmente a Miguel Rosendo por su “conducta moral”, y no fue hasta que estalló el escándalo cuando retiró su apoyo a esta organización y a su derivada, llamada La Voz del Serviam, que se había establecido en Madrid.

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