Jordi Massegú: “Con los jóvenes hay que soñar como Gaudí, a lo grande”

Jordi Massegú, responsable de Life Teen en España, durante el Congreso Reinspira de Marketing Religioso

“Para actuar, antes tenemos que conocer a quienes queremos evangelizar, saber qué llena el tiempo de los jóvenes y no condenarlos”. Con esta premisa el responsable de Life Teen en España, Jordi Massegú, animó a los participantes del II Congreso REinspira sobre marketing religioso, a asumir “el reto de llegar a la Generación Z”.

“Podemos ver la realidad de estos jóvenes como piedras en el camino y hay que acogerlo como oportunidades”, animó el altavoz de esta iniciativa que nació hace tres décadas en Arizona, que reconoció que “los jóvenes de hoy no tienen nada que ver con los de hace quince años, pero, en muchos casos, seguimos con la misma pastoral de antes”.

El minuto decisivo de la Iglesia

Frente a ello, Massegú hizo una llamada a renovar los procesos catequéticos, pero, sobre todo, a promover “unas celebraciones y unas eucaristías más experienciales”. “Como en un partido de fútbol, la Iglesia está en el minuto 93, en el momento de marcar el gol decisivo”, señaló para reafirmar que “precisamente en estas situaciones, se ha de desarrollar nuestra creatividad: si soñamos en grande con Dios, todo es posible”.

“Life Teen busca el impacto con el adolescente”, desveló sobre la metodología utilizado en esta nueva plataforma de evangelización que reafirmó que “es cien por cien joven, pero también cien por cien magisterio de la Iglesia”. Así, explicó cómo en lo concreto se traduce en un currículum de siete años dividido en dos etapas -EDGE y LIFE TEEN-.

Sin fórmulas mágicas

“Lo que hacemos no es una fórmula mágica que te traerá cincuenta jóvenes ni tampoco es un movimiento eclesial”, advirtió Massegú, que subrayó la importancia de “tocar la realidad, abordar los temas de su día a día, desde el postureo, el bulling, la violencia de género…”.

“El 80 por ciento de los jóvenes que participan en Life Teen continúan en la parroquia y son los futuros catequistas de nuestras iglesias”, aseguró sobre los frutos de esta iniciativa: “Yo no me quedo con el número, sino con los signos de vitalidad que se dan, los pequeños milagros de conversión y de vocación a la vida sacerdotal”. “Con los jóvenes hay que soñar como Gaudi con la Sagrada Familia, a lo grande, aunque no veamos la obra finalizada, como le pasó a él”, concluyó.

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