La reforma de la Curia romana emprendida por Jorge Mario Bergoglio en abril de 2013, un mes después de su elección como Pontífice, no ha llegado a todavía su “etapa conclusiva”, pero sí que ha alcanzado un “importante punto de inflexión”. Tras cinco años de trabajo del Consejo de Cardenales, el grupo de 9 purpurados que asesora al Papa en el gobierno de la Iglesia y en la reorganización de los dicasterios de la Santa Sede, existe ya un “texto provisional” sobre la reforma que se está sometiendo en este momento a una “revisión estilística” y a una “relectura canonística”.
Cuando termine esa fase se llevará a cabo una consulta con los distintos organismos de la Curia romana y, finalmente, la nueva constitución apostólica verá la luz en 2019. Sustituirá a la ‘Pastor Bonus’, realizada por san Juan Pablo II en 1988. Marcello Semeraro, obispo de la diócesis italiana de Albano y secretario del llamado C-9, explicó hoy en qué punto se encuentra este proceso durante una conferencia en la Pontificia Universidad Lateranense con motivo de la inauguración del curso académico. Al terminar su intervención, puso fecha a la publicación del nuevo texto. “Será el año que viene”, aseguró a los periodistas.
Revisión por un canonista
El documento propuesto por el C-9 a Francisco, cuyo título provisional es ‘Praedicate evangelium’, como informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede el pasado septiembre, está ahora siendo sometido a una revisión para “mejorar su coherencia literaria” y su “naturaleza jurídica”. Para responder a este objetivo se está desarrollando una labor “a varias manos”, según dijo Semeraro. En esta fase de control está teniendo un papel importante el canonista Marco Mellino, nombrado a finales del pasado mes de octubre secretario adjunto del C-9. Miembro del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Mellino es el encargado de llevar a cabo la “relectura canonística” del borrador de la constitución apostólica.
Semeraro aseguró que serán “breves” las consultas a las que se someterá el texto final y no estarán implicadas las Iglesias locales, pues ya tuvieron oportunidad de mostrar sus inquietudes durante la primera fase de trabajo del C-9. El secretario de este organismo consideró que la reforma de la Curia está “íntimamente conectada” con la idea de Francisco de conseguir una Iglesia “en salida” y “misionera” y enumeró algunos de los principios que seguirá: subsidiaridad, descentralización, gradualidad, simplificación, innovación y respeto a la tradición.
