Francisco a las autoridades en Estonia: “Sed artesanos de vínculos”

El papa Francisco saluda a la presidenta de Estonia, Kersti Kaljulaid

Minutos antes de las 9:00 horas, Francisco ha puesto el pie en la cuna del ateísmo europeo: Estonia. Tras despedirse de Lituania, toca la última parada de su viaje a los países bálticos. El Papa ha sido recibido en el Aeropuerto Internacional de Tallin por la presidenta del considerado como el país más ateo del Viejo Continente, Kersti Kaljulaid, que le ha acompañado hasta el palacio presidencial para la tradicional audiencia privada que el Pontífice mantiene con todos los mandatarios de los países a los que peregrina.

En el Jardín de las Rosas tuvo lugar, minutos más tarde, el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. Después de la bienvenida de la presidenta, turno de Francisco, que en su discurso ha alabado “la capacidad de resiliencia que os ha permitido recomenzar frente a tantas situaciones de adversidad” y ha remarcado que, “desde hace siglos, esta tierra es llamada ‘Tierra de María’ –Maarjamaa–, un nombre que no pertenece solamente a vuestra historia, sino que es parte de vuestra cultura. Pensar en María, me evoca dos palabras: memoria y fecundidad. Ella es la mujer de la memoria, que guarda todo lo que vive, como un tesoro en su corazón (cf. Lc 2,19) y es la madre fecunda que engendra la vida de su hijo. De ahí que me gustaría pensar en Estonia como tierra de memoria y de fecundidad”.

El Papa ha comenzado echando la vista atrás: “Vuestro pueblo debió soportar en diversos períodos de la historia momentos duros de sufrimientos y tribulaciones. Luchas por la libertad y la independencia que siempre se veían cuestionadas o amenazadas. Sin embargo, en los últimos poco más de 25 años (en los que habéis reingresado con título pleno en la familia de las naciones) la sociedad de Estonia ha dado ‘pasos de gigante’ y vuestro país, aun siendo pequeño, se encuentra en primera línea en el índice de desarrollo humano, en su capacidad de innovación, además de demostrar un alto nivel en lo relativo a la libertad de prensa, democracia y libertad política”. También “habéis estrechado vínculos de cooperación y amistad con varios países”, ha indicado.

“Mirad al futuro con esperanza”

En el mismo sentido, “mirando vuestro pasado y vuestro presente, encontramos razones para mirar el futuro con esperanza frente a los nuevos desafíos que se os presentan. Ser tierra de la memoria es animarse a recordar que el lugar que habéis alcanzado hoy día es gracias al esfuerzo, al trabajo, al espíritu y a la fe de vuestros mayores. Cultivar la memoria agradecida permite identificar todos los logros de los que hoy gozáis con una historia de hombres y mujeres que lucharon para que esta libertad fuera posible, y que a su vez os desafía a rendirles homenaje abriendo caminos para los que vendrán después”, ha recalcado.

Por otro lado, Jorge Mario Bergoglio ha hecho hincapié en que “el bienestar y el vivir bien no siempre son sinónimos”: “Una de las consecuencias que podemos observar en nuestras sociedades tecnocráticas es la pérdida del sentido de la vida, de la alegría de vivir y, por tanto, un apagarse lento y silencioso de la capacidad de asombro, lo cual sumerge muchas veces a los ciudadanos en un cansancio existencial”. “La conciencia de pertenecer y de luchar por otros –ha continuado–, de estar enraizados en un pueblo, en una cultura, en una familia poco a poco se puede perder privando, especialmente a los más jóvenes, de raíces desde donde construir su presente y su futuro, ya que se les priva de la capacidad de soñar, de arriesgar, de crear”.

Por eso, ha subrayado que “poner toda la confianza en el progreso tecnológico como única vía posible de desarrollo puede provocar que se pierda la capacidad de crear vínculos interpersonales, intergeneracionales, interculturales. En definitiva, ese tejido vital tan importante para sentirnos parte los unos de los otros y partícipes de un proyecto común en el sentido más amplio de la palabra. De ahí que una de las responsabilidades más importantes que tenemos todos aquellos que asumimos una responsabilidad social, política, educativa, religiosa radica precisamente en cómo nos convertimos en artesanos de vínculos”.

Asimismo, antes de trasladarse a la Iglesia Luterana Kaarli para una oración ecuménica con los jóvenes, Bergoglio ha explicado que “una tierra fecunda reclama escenarios desde los cuales arraigar y crear una red vital que sea capaz de hacer que los miembros de sus comunidades se sientan ‘en casa’. No existe peor alienación que experimentar que no se tienen raíces, que no se pertenece a nadie. Una tierra será fecunda, un pueblo dará fruto, y podrá engendrar el día de mañana solo en la medida que genere relaciones de pertenencia entre sus miembros, que cree lazos de integración entre las generaciones y las distintas comunidades que la conforman; y también en la medida que rompa los círculos que aturden los sentidos alejándonos cada vez más los unos de los otros”. Y “en este esfuerzo, queridos amigos, quiero aseguraros que contáis siempre con el apoyo y la ayuda de la Iglesia católica, pequeña comunidad entre vosotros, pero con muchas ganas de contribuir a la fecundidad de esta tierra”.

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