La Justicia chilena recibe denuncias de abusos de sacerdotes destacados por defender los derechos humanos

  • “Niego absolutamente haber participado en los hechos que se me imputan”, dice Cristián Precht
  • Los maristas constituyen una Comisión para la verdad para indagar en los abusos de los últimos 50 años

“Niego absolutamente haber participado, en forma alguna, en los hechos que calumniosamente se me imputan”, asegura Cristián Precht, sacerdote de Santiago quien durante la dictadura militar dirigió la Vicaria de la Solidaridad, organismo del Arzobispado de Santiago creado por el cardenal Raúl Silva Henríquez, que destacó por su arriesgada defensa y protección de perseguidos políticos, entre otros muchos programas.

El nombre de Precht aparece en la querella criminal que un grupo de presuntas víctimas de abuso sexual presentó en contra de hermanos maristas donde se menciona a otros sacerdotes que habrían encubierto o participado también en actos de abuso contra alumnos del colegio Alonso de Ercilla, en Santiago.

Precht está desde hace algunos meses en Roma participando como alumno de un curso de Liturgia, su especialidad. Desde esa ciudad envió una carta al director del diario La Tercera donde agrega que “defenderé mi honra personal y ministerial por todos los medios a mi alcance y en toda instancia que aparezca vulnerada”.

Precht ya ha contratado a un abogado

“Para estos efectos”, informó, “le he pedido al abogado Luciano Fouillioux que se haga cargo de mi defensa. Con él estudiaré todos los recursos previstos en la ley”.

Precht acaba de cumplir la condena eclesiástica de cinco años producto de acusaciones también de abuso sexual. En las denuncias actuales aparece mencionado junto a otro sacerdote santiaguino, Miguel Ortega, amigo y compañero de curso, y al capuchino Sergio Uribe. Con ellos tres maristas: Adolfo Fuentes, Abel Pérez y Germán Chaves son acusados de asociación ilícita, violación impropia, abuso sexual y favorecimiento de la prostitución de menores.

En el recurso judicial presentado, dos de los querellantes, Eneas Espinoza y Jaime Concha, describen episodios “de tocamientos en distintas partes del cuerpo”, que habría cometido Precht hace unos 40 años.

Los maristas reaccionan

Una Comisión para la verdad constituida por los Hermanos Maristas para indagar situaciones de abuso en los últimos 50 años ha sido la principal medida adoptada para hacer frente, en sus comunidades, a estas acusaciones. En enero pasado El Periódico de Cataluña denunció que en Chile hay siete hermanos acusados por 30 alumnos de diferentes colegios en el país, entre ellos Abel Pérez, quien el 2010 admitió los hechos, acumula más de 30 denuncias que no se enfrentaron sino hasta el 2017, cuando se hicieron públicas.

Recién ese año, la Congregación abrió una investigación canónica y pidió entregar a ella todos los antecedentes que se dispongan. El delegado Provincial Marista para Chile, Ernesto Reyes, dijo a La Tercera, en enero pasado que “se cometió un gravísimo error al no denunciar inmediatamente ese hecho a la justicia. Lo que se hizo, agregó, fue informar inmediatamente a la autoridad marista interna de la congregación y se separó al religioso involucrado de todas las actividades relacionadas con estudiantes. Claramente no fue suficiente, no fue lo adecuado. Pero en esto quiero ser muy claro, aquí no ha habido encubrimiento en caso alguno”.

Sin embargo, declaraciones del hermano Mariano Varona ayudaron poco a acoger el planteamiento de Reyes y fueron cuestionadas por el obispo de Rancagua y presidente del Consejo nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a las Víctimas, Alejandro Goic.

Las víctimas exigen justicia y reparación

Más irritó la fotografía dada a conocer a comienzos de marzo en la que aparece el papa Francisco saludando al hermano Mariano Varona, en presencia del nuncio apostólico en Santiago, probablemente en la sede de la Nunciatura, donde alojó el Papa, ubicada al frente en la misma calle. La reunión se había mantenido en reserva, tanto así, que la propia congregación asegura que no estaba al tanto de ella. Hace pocos días falleció en Santiago el hermano Varona, cuando arreciaban las acusaciones de encubrimiento contra él.

También a comienzos de marzo llegó a Santiago, desde España, el hermano Luis Carlos Gutiérrez Blanco, vicario general de la congregación desde octubre del año pasado. Su visita, de carácter reservado, fue detectada por denunciantes quienes, asombrados por la discreta llegada del personero, decidieron solicitarle una reunión formal. Gonzalo Dezerega, uno de los denunciantes, dice que la respuesta fue que no los “podía recibir porque estaba con la agenda súper apretada”.

Más exitosa fue la entrevista que consiguieron, en febrero pasado, con el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, enviado por el papa Francisco para escuchar a quienes denuncian al obispo Juan Barros por encubrimiento de delitos de abuso cometidos por el padre Fernando Karadima.

Hablan también las víctimas de Karadima

A la cita llegaron tres víctimas, uno de ellos acompañado de su esposa, y a la salida, después de más de dos horas de conversación, Isaac Givovich, ex alumno del Instituto Alonso de Ercilla supuestamente abusado por el hermano Adolfo Fuentes, contó que Scicluna “ha escuchado con mucha caridad a cada uno de nosotros en nuestros testimonios. Ha habido momentos muy difíciles, no es fácil volver a contar lo que hemos vivido, lo que hemos sufrido y por lo que vamos a seguir luchando”. Agregó que “estamos agradecidos hoy, quienes somos católicos, del gesto que ha hecho la Iglesia y el Vaticano, creemos que este es un paso más para la justicia, porque la verdad ya está, eso es algo irrefutable, y ahora lo que nos queda es esperar que haya justicia y reparación para que haya reconciliación”.

También en marzo, los denunciantes presentaron las querellas ante la justicia civil, en varias de las cuales ha estado presente el nombre de Cristián Precht. Estas denuncias han motivado nuevas controversias ya que no faltan quienes presumen que solo intentan hacer “empatar” a Cristián Precht con Fernando Karadima; otros dan plena credibilidad a los denunciantes.  

José Andrés Murillo, víctima de Karadima, quien acompaña estas denuncias, dijo al diario digital El Mostrador que ha sido muy difícil “aceptar que personas que representan toda una cultura y una visión de mundo” estén involucradas en este tipo de hechos. “Sin embargo, lo que tenemos que pensar, más allá de sectores políticos, es que es una cultura dentro de la Iglesia que ha normalizado el abuso sexual infantil. Lo que lo demuestra es que hay distintas congregaciones religiosas que coinciden en la misma dinámica abusiva”, dice Murillo.

La aparición del nombre de Cristián Precht en estas denuncias ha puesto en el centro del torbellino su historia, lo que fue aprovechado por la periodista Andrea Lagos quien escribió ‘Precht, las culpas del vicario’, difundido en noviembre pasado por la Editorial Catalonia.

Noticias relacionadas
Compartir