España tiene una nueva santa: la madre Nazaria

  • El Papa reconoce el milagro para la canonización de la fundadora de las misioneras cruzadas de la Iglesia
  • Esta madrileña fue una adelantada al Vaticano II y defensora de los derechos de la mujer, promoviendo el primer sindicato femenino de Bolivia

La madre Nazaria, fundadora de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia

España cuenta con una nueva santa: Nazaria Ignacia de santa Teresa de Jesús. Ayer por la tarde, el Papa recibió en audiencia al cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y autorizó la promulgación del decreto atribuido a la intercesión de la religiosa madrileña por lo que se da por hecho que su canonización tendrá lugar en 2018.

Como ya adelantó Vida Nueva, el secretario general adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana, José Fuentes, anunció el pasado mes de octubre que Roma había dado el visto bueno a todo el proceso a falta de una confirmación oficial.

De esta manera, la Iglesia reconoce como un don universal la entrega sin límites de la fundadora de la Congregación de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia.

Nacida en Madrid el 10 de enero de 1889, inicialmente profesó como hermanita de los ancianos desamparados, pero tras ser destinada a la localidad boliviana de Oruro, comprobó que estaba llamada a un apostolado más amplio. Así fundó a las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, la primera congregación nativa de Bolivia, instituto volcado en los últimos de los últimos de la sociedad, con la mirada puesta en la acción social de la mujer. Hoy están presentes en 21 países de cuatro continentes, a través de la Familia Extensiva de Nazaria Ignacia a la que pertecen también seglares y sacerdotes diocesanos.

El ser y hacer de la congregración nace de la pasión incansable de su fundadora: “Este es nuestro espíritu: guerrero, fiel, nada de cobardías, todos amores, amor sobre todo a Cristo y en Cristo a  todos. Repartirse entre los pobres, animar a los tristes, dar la mano a los caídos; enseñar a los hijos del pueblo, partir su pan con ellos, en fin, dar toda su vida, su ser entero por Cristo, la Iglesia y las almas” . Tanto se identificó con su tierra de acogida que decidió adquirir la nacionalidad boliviana. Murió en Buenos Aires el 6 de julio de 1943 y fue beatificada por Juan Pablo II el 27 de septiembre de 1992.

La Iglesia reconoce de esta manera la santidad de una mujer creativa, que supo adaptarse a los signos de los tiempos y adelantarse al Vaticano II, con iniciativas pioneras como “la olla del pobre” o ser la precursora del primer sindicato femenino de Bolivia.

Junto a la madre Nazaria, el Papa también aprobó otros siete decretos, entre ellos, el referente al martirio del obispo Pedro Claverie y siete monjes trapenses de Tibhirine, Argelia.

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