Jornada Mundial del Enfermo 2018: “La caridad se ha de dirigir a todos”

  • Publicado el mensaje del papa Francisco, que subraya la importancia de la labor de la Iglesia en el cuidado de los enfermos
  • “La Iglesia debe compartir la vocación materna de la Virgen María”, señala el Pontífice

Hoy lunes 11 de diciembre se ha publicado el mensaje del papa Francisco para la 26ª Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el próximo 11 de febrero. El tema del mensaje son las palabras de Jesús a san Juan evangelista y a la Virgen María desde la Cruz, ‘Ahí tienes a tu hijo… Ahí tienes a tu madre Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa’.

En el texto, Francisco explica cómo estas palabras son la forma de Jesús de preocuparse por su Iglesia, y de encomendarle su protección a la Virgen. San Juan, por otro lado, representa a la Iglesia, que “debe reconocer a María como su propia madre. Y al reconocerla, está llamada a acogerla, a contemplar en ella el modelo del discipulado y también la vocación materna que Jesús le ha confiado, con las inquietudes y los planes que conlleva”.

Además, el Papa ha señalado precisamente el Evangelio de Juan como una muestra de que Jesús perdonó y curó a pecadores y enfermos de todo tipo, por lo que “al igual que María, los discípulos están llamados a cuidar unos de otros, pero no exclusivamente. (…) La caridad de los cristianos se ha de dirigir a todos los necesitados, simplemente porque son personas, hijos de Dios”.

La Iglesia, un hospital de campaña

“Esta vocación materna de la Iglesia –continúa el mensaje– se ha concretado en una rica serie de iniciativas en favor de los enfermos (…). En los países donde los sistemas sanitarios son inadecuados o inexistentes, la Iglesia trabaja para ofrecer a la gente la mejor atención sanitaria posible, para eliminar la mortalidad infantil y erradicar algunas enfermedades generalizadas. (…) La imagen de la Iglesia como un hospital de campaña, que acoge a todos los heridos por la vida, es una realidad muy concreta“, recuerda el Pontífice.

El mensaje también aconseja “mirar al pasado”, del que podemos aprender “la generosidad hasta el sacrificio total de muchos fundadores de institutos al servicio de los enfermos; la creatividad, impulsada por la caridad, de muchas iniciativas; el compromiso en la investigación científica, para proporcionar a los enfermos una atención innovadora y fiable”. Todo ello, recuerdos enriquecedores que, sin duda, ayudarían a los centros católicos a no caer en errores como el “empresarialismo” que aparta al enfermo del centro de la actividad para poner los beneficios.

Responsabilidad compartida

A pesar de que Jesús encomendara a la Iglesia la responsabilidad (y el poder) de curar (Mc 16, 17-18) lo que hace de la pastoral de la salud “una misión esencial e indispensable de la Iglesia”, Francisco también recuerda en el mensaje que “No podemos olvidar la ternura y la perseverancia con las que muchas familias acompañan a sus enfermos” y que “La atención brindada en la familia es un testimonio extraordinario de amor por la persona humana que hay que respaldar con (…) unas políticas apropiadas“. Por tanto, la vocación “curativa” de la Iglesia no es algo exclusivo, sino que el Pontífice la define como una “responsabilidad compartida”.

Por último, el Papa encomienda el cuidado de los enfermos a la Virgen María, “para que los sostenga en la esperanza” así como le pide que “nos enseñe a acoger a nuestros hermanos enfermos” ya que “La Iglesia sabe que necesita una gracia especial para estar a la altura de su servicio evangélico de atención a los enfermos”.

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