El comentario de la Escritura de hoy domingo 20 de agosto en Vida Nueva

  • Domingo XX del Tiempo Ordinario
  • Durante las próximas semanas, Pedro Barrado comentará una de las lecturas dominicales en Vida Nueva

Mateo 15,22-24.26-27

Una mujer cananea venida de aquellos contornos se puso a gritar: “Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David; mi hija vive maltratada por un demonio”. Jesús no le respondió nada. Pero sus discípulos se acercaron y le decían: “Atiéndela, porque viene gritando detrás de nosotros”. Él respondió: “Dios me ha enviado solo a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Ella replicó: “[…] también los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”.

mujer cananea
Mateo emplea un término arcaico: “cananea” (Marcos, en cambio, dirá “siro-fenicia”). Hacía siglos que los cananeos habían desaparecido del panorama. Probablemente, la razón para el uso de tal nombre tenga que ver con querer subrayar el aspecto diferente o contrario a lo judío.

Atiéndela
El verbo apolyô se traduce propiamente como “despedir”; de hecho, es el verbo que se usa para el divorcio, con el sentido habitual de repudiar. Aquí parece que hay que entenderlo como despedir accediendo a la petición que se hace; de ahí la traducción de “atender”.

pueblo de Israel
Sorprende la reacción de Jesús ante la petición de la mujer. Sin embargo, los historiadores coinciden en que esa debió de ser primeramente la apreciación de Jesús: su misión se reducía a los límites del pueblo de Israel. No obstante, en su mensaje ya está sembrada la semilla de la universalidad.

los perrillos
La reacción de la mujer a la respuesta negativa de Jesús ante su petición es un prodigio de retórica (que es el arte de persuadir). Y el cambio en la postura del propio Jesús ante las palabras de la mujer, un ejemplo de lo que debe ser un corazón movido por la misericordia.

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