Los obispos en la Jornada de las Comunicaciones Sociales: la postverdad “aboca a un mundo sin bondad”

  • En la 51ª edición, hoy domingo 28 de mayo, animan a los comunicadores “a permanecer en la verdad”
  • El triunfo electoral de Donald Trump o el Brexit son frutos de una época “en donde crece la desconfianza de unos y otros por la situación política”

La postverdad, palabra del año en 2016, se cuela de lleno en el mensaje que los obispos españoles ha elaborado para la Jornada Mundial de la Comunicaciones Sociales, que se celebra este domingo 28 de mayo bajo el lema ‘Comunicar confianza y esperanza en nuestros tiempos’.

Así, en plena consonancia con el texto elaborado por el papa Francisco, los obispos de la Comisión Episcopal de Medios animan a los comunicadores “a promover esperanza y confianza” en un mundo “en el que crece la desconfianza de unos y otros por la situación política, social y económica en muchos países, por los conflictos lejanos que el terrorismo hace cercanos y por la llegada a nuestras fronteras de inmigrantes y refugiados”.

Cuando la realidad ofrece frutos como la victoria electoral de Donald Trump o el Brexit, que los analistas consideran hijos directos de la postverdad, es decir, donde, según su definición, “los hechos objetivos tienen menos influencia en definir la opinión pública que los que apelan a la emoción y a las creencias personales”, los obispos subrayan que “solo la verdad produce confianza y esperanza verdaderas”.

“Un mundo precario sin nada estable”

“Por difícil que sea de entender y aceptar en ocasiones, la verdad ilumina la realidad, señala al hombre el camino del auténtico progreso y permite la realización de su humanidad”, señala el mensaje episcopal.

La postverdad, que retrata “un mundo precario sin nada estable”, donde prima la adecuación “a la opinión mayoritaria o lo socialmente correcto”, tiene sus raíces en un relativismo moral que ya denunciaran los pontífices, entre ellos Benedicto XVI, y en la modernidad líquida que radiografiara el recientemente fallecido sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman.

La postverdad nos aboca a un mundo sin bondad ni belleza, un mundo sin amor ni alegría, un mundo en el que no cabe ni el progreso, ni la confianza, ni la esperanza”, señalan los obispos, que apuntan también que sus consecuencias se ven ya “en la concepción de la familia, en las relaciones personales, en el compromiso social y en la vida pública” donde “la fidelidad ha sido sustituida por la flexibilidad”.



Preparar un futuro mejor

Frente a ello, los prelados de la comisión episcopal de Medios, que preside el obispo de Guadix-Baza, Ginés García Beltrán, hacen un llamamiento a los comunicadores a “permanecer en el terreno firme de la verdad” para preparar “un futuro mejor para los que vienen detrás”.

Un futuro, añaden, que no solo tiene que ver con un bienestar personal económico, sino “con un horizonte de crecimiento en humanidad”, que solo se consigue cuando se trabaja “en el terreno de la bondad”, del cual brotan “el amor, el conocimiento, el progreso, la alegría, la esperanza, la confianza”. “Nada de ello –subrayan los pastores– hay en la mentira o en el ocultamiento de la verdad”.

Por ello, el mensaje insta a “permanecer en la verdad” como “motor imprescindible de la humanidad”, y reconoce que han de ser los comunicadores los “primeros implicados e interesados” en fomentar “la primacía de la verdad”, pues sin ella “no hay posibilidad de una auténtica comunicación”.

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