Tribuna

Shalini Mulackal: la voz femenina de la teología en India

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Nací en una familia católica en Kerala perteneciente al rito Siro-Malabar, una de las tres Iglesias rituales en la India. Tercera de diez hijos, cinco chicas y cinco chicos. Uno de mis hermanos es sacerdote en la diócesis de Ujjain. Crecí en una familia unida, junto con mis abuelos paternos. Mi abuelo era un hombre piadoso y orientado a la espiritualidad. Cada noche guiaba la oración en familia. Asistía regularmente a misa y, cuando no podía, recitaba las oraciones de la Eucaristía en casa. Recuerdo que de niña me despertaba temprano y escuchaba a mis abuelos rezar el Rosario.



Mi madre tenía una profunda fe en Dios y una devoción por la Virgen María. Hizo que todos sus hijos crecieran en esta fe. Durante el Adviento y la Cuaresma nos animaba a ir a misa todos los días. Guardaba el ayuno y la abstinencia el miércoles y el sábado más allá del tiempo de Adviento y de Cuaresma. A nosotros nos inculcó valores, especialmente los de la verdad y la honestidad. Fue la educación recibida la que me dio la bondad y la compasión por los pobres y los que sufren. A los 15 años mi objetivo era convertirme en médico para servir a los necesitados y a los que sufren.

No tenía ningún deseo de casarme y tener una familia. Pero no quería tampoco entrar en el convento y hacerme monja. Desde adolescente tenía una cierta idea de lo que era la vida religiosa y consideraba que muchas religiosas no vivían conforme a su vocación. Tuve contacto cercano con algunas religiosas, especialmente durante los estudios preuniversitarios, y su vida y sus valores no me impresionaban para nada.

Puero fue cosa de Dios que eligiera la vida religiosa para tener más oportunidad de servir a los necesitados. Cuando conocí el carisma y la misión de la Congregación de la Presentación de la Beata Virgen María fundada por el venerable Nano Nagle estuve segura de encontrarme en el lugar adecuado.

Primera presidenta mujer de los teólogos

Primera presidenta mujer de los teólogos

Soy miembro de la Asociación teológica India (ITA) y he sido la primera mujer presidenta, desde 2014 a 2017. Incluso siendo numerosas las religiosas que han realizado estudios teológicos hasta el doctorado, muchas de ellas no están presentes en la escena pública. Cuando se les confían responsabilidades dentro de su orden, pocas continúan llevando a cabo actividades académicas serias, dar conferencias, clases, escribir artículos de investigación… Entre los miembros del ITA hay algunas religiosas, pero pocas participan regularmente en el encuentro y seminario anual. Por lo tanto, las contribuciones desde la perspectiva femenina o feminista son escasas en nuestro país. Hay muy pocas mujeres laicas que han recibido formación teológica.

Ser feminista

Una feminista es aquella que es consciente de la situación opresiva en la que viven las mujeres y hace algo para cambiarlo. Fue mientras estudiaba mi licenciatura en Teología que me di cuenta del lugar secundario que las mujeres tienen en la sociedad india y las atrocidades cometidas contra niñas y mujeres. La mayoría de los hombres y mujeres en la India tienen valores patriarcales interiorizados y, por lo tanto, han “normalizado” la opresión y la sumisión de las mujeres en la sociedad y también en la Iglesia. A través de mi enseñanza y mis escritos, sigo despertando esta conciencia, especialmente entre aquellos que están estudiando para convertirse en sacerdotes y también entre las religiosas.

Las investigaciones sobre las católicas

Actualmente soy presidenta del Centro de Estudios Dalit (CDS) en Nueva Delhi. El Centro funcionó muy bien hasta la muerte de su fundador y primer director James Massey, hace unos años. Estamos tratando de reanudar las actividades, pero hay muchos obstáculos por delante. Los dalit son lo que una vez se llamaron intocables de la sociedad de castas india y son alrededor de 200 millones. Todavía hoy su situación es trágica. Son discriminados en todos los niveles.

Hace unos años, el estudiante de Hyderabad Rohit Vemula, se suicidó y en la nota que dejó dicho que su nacimiento era su destino. Su único error fue que nació dalit. Hubo un tiempo en que los dalits se convirtieron en gran número al cristianismo. Como el cristianismo no cree en el sistema de castas y ofrece respeto y dignidad a todos los seres humanos, era natural que algunos dalit se convirtieran al cristianismo. Sin embargo, debo admitir que ni siquiera los cristianos en India se han liberado por completo de la mentalidad de casta y que en algunos lugares se hace sentir a los dalit que pertenecen a una categoría secundaria.

He hecho investigaciones sobre las mujeres católicas de origen dalit en el distrito de Thiruvallur, en el Tamil Nadu. He estudiado sus prácticas religioso-culturales desde la perspectiva del empoderamiento. Junto a las prácticas religiosas católicas, cumplen también rituales culturales como celebrar las primeras menstruaciones de una chica, el primer embarazo, la viudedad, etc. Algunos de estos rituales ayudan a la mujer a tener conciencia positiva del propio cuerpo y contribuyen a dar seguridad de sí. Ya que como dalit son privadas de su dignidad humana, hay un fuerte deseo de adquirir respeto de sí mismas. Y para hacer esto, si la mayor parte de ellas es pobre, celebran rituales gastando mucho dinero que han tenido que pedir como préstamo.

El Centro de Estudios Dalit, bajo la guía del doctor James Massey, emprendió el proyecto de escribir comentarios bíblicos sobre todos los libros de la Biblia, una serie de veinte volúmenes que se ha completado. Yo aporté dos volúmenes (volumen 6 y 20). Esta Dalit Bible Commentary es el primero de su género en India. El objetivo era leer la Biblia desde la perspectiva de la realidad dalit y encontrar formas de empoderarlos. Así, mientras escribía el comentario sobre los tres libros de Ruth, Esther y Judith, me concentré en las mujeres dalit y su situación. Puse énfasis en la acción de las mujeres dalit, ya que se habla de tres mujeres bíblicas que toman la iniciativa de salvar a su gente.

vertederos

Con los estudiantes en los slum. El Vidyjyoti College of Theology, donde enseño desde 1999, da importancia a la teología contextual. El primer curso de los estudiantes de primer año se llama “Introducción a la teología y análisis sociocultural”. Lo he impartido desde el principio. En él, ofrecemos a nuestros estudiantes programas de contacto directo en Delhi. Hasta ahora no hemos vivido en barrios marginales, pero he guiado a los estudiantes a barrios marginales en Delhi, especialmente entre las personas que se ganan la vida en el vertedero.

Subimos la estructura en forma de colina, que no es otra cosa que un montón de basura. Cuando llegamos a la cima, lo más llamativo es ver animales y humanos peleando y combatiendo por conseguir lo que puedan cuando la nueva carga de basura se vierte de los camiones. Es una visión terrible. El olor que sale de los desechos es insoportable. Sin embargo, se ve a hombres, mujeres e incluso niños que permanecen todo el día en ese lugar para ganarse la vida.

También visitamos algunas de sus casas ubicadas al pie de esa colina. No hay palabras para describir la miseria en la que viven. La experiencia deja a los estudiantes una profunda impresión del sufrimiento de los pobres en nuestro país. Y esto se convierte en el punto de referencia para nuestra reflexión teológica. También los llevo a JantarMantar, un lugar en Delhi donde la gente puede ir y protestar contra las diversas ofensas que han sufrido. Los estudiantes interactúan con esas personas, que pueden permanecer allí durante semanas y meses exigiendo sus derechos legítimos al gobierno.

*Artículo original publicado en el número de julio de 2020 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva

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