Tribuna

¿Qué es la materia?

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Este es el quinto de 10 artículos a través de los cuales develaremos el trasfondo científico que trae consigo la concepción de la Resurrección, a la luz de los trabajos del padre Manuel Carreira (1931-2020), sacerdote jesuita y astrofísico quien fuera miembro del Observatorio Vaticano, además fue asesor y colaborador en varios proyectos de la NASA, lo que le valió para ser profesor de universidades de gran renombre como John Carrol University y la Universidad Pontificia de Comillas.



La fuerza gravitatoria, por ejemplo, lleva una concentración de masa y las masas actúan como si se atrajesen, esta fuerza es universal, afecta a toda la materia y nadie jamás tiene posibilidad de sustraerse a ella, ni puede haber aislantes ni tiene límites. Aunque se dice a veces que los astronautas están fuera de la atracción gravitatoria de la tierra eso es mentira; si estuvieran fuera de la atracción gravitatoria no estarían en órbita alrededor de la Tierra. La gravedad causa esta atracción que lleva a los cuerpos a unirse en masas cada vez de mayor tamaño si no hay otra fuerza que lo impida. Si el universo tuviese cuerpos sin movimientos, si fuese creado en un momento con todos los cuerpos en su sitio, sin moverse, inmediatamente todos caerían hacia un centro para formar una masa única.

La segunda fuerza es la fuerza electromagnética. Como la gravedad, tiene un alcance ilimitado. Pero contrariamente a lo que ocurre en el caso de la gravedad, no afecta toda la materia, solo afecta a la materia que tiene la propiedad de carga eléctrica, y esa carga eléctrica puede ocurrir en dos variantes: causando atracciones o repulsiones. Mientras que la gravedad solo causa atracción, en la fuerza electromagnética se da también la repulsión. Como la materia, en gran escala tiene igual número de cargas positivas y negativas, no noto la atracción y la repulsión de otro cuerpo cuando paso cerca de él, pero es una fuerza enorme. De tal manera que, si yo tuviese dos granos de arena, uno sobre la mesa y otro en el techo y lograse quitarles a ambos las cargas negativas, ambos tendrían carga positiva, dado que las cargas de igual signo se repelen, para evitar que el grano de arena del techo saliese despedido al espacio, tendría que colgar de él tres millones de toneladas, tan enorme es la fuerza electromagnética.

Esta fuerza electromagnética es la que da cohesión a la materia, una piedra es un conjunto de partículas con carga eléctrica unidas por esa atracción fortísima, de hecho, explica el padre Manuel Carreira, es la que produce también toda la química. Las moléculas son resultado de atracciones entre átomos que ocurren por la carga eléctrica de sus electrones y como la química es la base de la biología, eso quiere decir que mi cuerpo es un conjunto de partículas con carga eléctrica unidas en moléculas que forman compuestos cada vez más complejos. Sin la fuerza electromagnética no podría haber vida, porque la vida exige una estructura muy compleja, por ejemplo, la molécula de ADN tiene más de diez mil millones de átomos, que tienen que estar unidos en una cohesión muy firme para que de una generación tras otra se mantenga esa molécula donde está codificada la herencia, las instrucciones, las propiedades para el nuevo organismo.

persona que flota

Esto quiere decir que cuando yo observo un cuerpo que me parece sólido, por ejemplo, un trozo de metal, y lo toco, y digo: esto es sólido, esto es duro, a nivel atómico no es verdad. Esto es una colección de partículas separadas entre sí por distancias que, a escala microscópica son tan grandes como las que hay entre los planetas. Y estas partículas, moviéndose a velocidades increíbles, están dando esta estructura que no es dura ni sólida, sino que es casi todo vacío. Y me da la impresión de dureza porque cuando quiero poner mi dedo a través de ella aparecen estas fuerzas de repulsión de tipo eléctrico que no permiten que mi dedo penetre. Pero no hay nada sólido.

La materia, incluso la materia de mi cuerpo, es una nube de partículas en movimiento rapidísimo. Si pudiese eliminar los espacios vacíos entre ellas, toda la materia de mi cuerpo no se vería con ningún microscopio. Esto es extraño, ¿verdad? Cuesta trabajo creer que es así pero ningún físico lo duda; tenemos pruebas de que es así. Por tanto, pensemos ya en alguna de las propiedades que atribuimos espontáneamente a la materia. Decimos que la materia tiene que ser impenetrable, donde hay un cuerpo no se puede meter otro. Eso no es verdad, lo único que hace falta es una presión suficiente. En astronomía hablamos de una estrella, como el sol, que termina su evolución; entonces una masa como la del sol, trescientas treinta y tres mil veces la masa de la Tierra, queda reducida a una esfera de un tamaño de la Tierra y tiene una densidad tal que si yo trajese aquí un centímetro cúbico del centro de ese cadáver de estrella pesaría cincuenta toneladas. Y todavía hay mucho hueco en ella.

Y si una estrella termina con más masa que eso, más de una vez y media la masa del sol, aproximadamente, toda esa masa, equivalente a medio millón de tierras, quedaría en una esfera que cabría dentro de los límites de la ciudad de Lima ―tendría un radio de 10 a 20 km―. El padre Carreira explica: Un trozo del tamaño de un centímetro cúbico de esa estrella, traído a la Tierra, pesaría más de mil millones de toneladas. Y esto no es el límite de la densidad, todavía. Porque hay una situación prevista por la física y confirmada por datos experimentales que dice que si ese cadáver de estrella tiene más de tres veces la masa del sol, un millón de veces la masa de la Tierra, entonces se contrae sin límite y se forma lo que llamamos un agujero negro, donde la materia puede ir hacia radio cero. De modo que no es verdad que la materia es impenetrable: se puede comprimir sin límite. Esto es lo que me dice la física. ¿Qué más me dice la física que me hace dudar de todo lo que me dice el sentido común? El sentido común me dice que un cuerpo tiene que estar en un sitio y no puede estar en dos al mismo tiempo. La física me dice que no es verdad.

Las partículas elementales, por ejemplo los electrones, y otras mayores, pueden utilizarse en el laboratorio ―y se usa este experimento con frecuencia― para lanzar un chorro de partículas a través de una rendija. Ustedes piensan, lógicamente, que si cada una de estas partículas va por la rendija, habrá un punto en una pantalla, al otro lado, donde caen esas partículas, y fuera de ahí no caen. Y si ponen dos rendijas, pensarán que cada partícula va por una, o va por otra, o no pasa. Por tanto, esperan que haya dos zonas en la pantalla donde aparecerán estas partículas y fuera de ahí no. Pues no ocurre así. De alguna manera cada partícula se las arregla para pasar por ambas rendijas al mismo tiempo. De modo que seguir la partícula por una rendija sola es imposible, y aparecen en la pantalla en diversos lugares, no enfrente de la rendija, sino en otros sitios. Esto nos indica que no son bolitas duras, como proyectiles, sino que se comportan como una onda, que pasa a través de varias rendijas simultáneamente y determina dónde aparece el impacto en la pantalla. Esta es la base de uno de los puntales de la física moderna, la mecánica ondulatoria o mecánica cuántica. Las partículas elementales no son pequeños perdigones duros, sino que de alguna manera se comportan también como ondas y pueden estar en varios sitios a un tiempo.

 

(Parte 5 de 10)