Tribuna

Patronas de Europa: Kinga, la reina casta al servicio de los pobres

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De los tiempos lejanos de los principados medievales y las alianzas dinásticas llega el ejemplo de una mujer de singular determinación y fuerte personalidad, mujer de acción y religiosidad radical. Una santa que no dejó testimonios personales ni escritos religiosos, que conocemos a través de documentos de su época, y de las leyendas y el culto que han surgido en torno a ella desde la Edad Media.



Kinga era hija de Bela IV, rey de Hungría, y de su esposa María, hija del emperador de Bizancio. El cronista Jan Długosz relata que fue llevada a Polonia en 1239, a la edad de cinco años, por Salomea, hermana del príncipe de Sandomierz, de 13 años, conocido como Boleslao el Casto. Kinga estaba destinada a convertirse en su esposa, aunque no se celebró hasta 1247. El matrimonio era parte de la estrategia del obispo y los señores de Cracovia, quienes esperaban fortalecer así la alianza con Hungría ante la amenaza tártara y luchas de poderes internos.

De hecho, los tártaros invadieron el país pero fueron expulsados. Tras esto, la pareja real hizo voto de castidad de por vida, del que fue testigo el obispo Prandota. Según las costumbres de la época, estaba pensado como una ofrenda votiva en acción de gracias por la protección divina y la liberación. Sin embargo, fue una confirmación de la vida que Kinga había llevado hasta entonces.

Patrona de Polonia y Lituania

En este matrimonio blanco al cual había persuadido a su esposo, Kinga mostró lealtad, cuidado y prudencia ejemplares. Boleslao mencionó en documentos oficiales que había tomado la decisión siguiendo el consejo de su esposa. Tales expresiones de deferencia y respeto, atestiguan la calidad de la relación de pareja. Su vida común de castidad no era un signo de falta de aceptación mutua; no denotaba un matrimonio en crisis.

Fue una elección consciente, nada fácil para Boleslao, como relata el jesuita Piotr Skarga en sus vidas de santos polacos, donde también destaca que Kinga era una mujer hermosa y atractiva, como lo confirma el hecho de que después de la muerte de su esposo y su adhesión a la orden de las Clarisas, fue sospechosa de caer en la “impureza”. Kinga nunca dejó de mostrar respeto por su esposo y cuidar su buen nombre, sin abandonar nunca su camino hacia la santidad.

Habilidades organizativas y económicas

Kinga había crecido en una atmósfera de atracción por la espiritualidad franciscana. En lugar de acumular riquezas, regaló las joyas y sus hermosos vestidos para ayudar a los pobres. Pero era más que un mero efecto secundario de su piedad franciscana. Tenía habilidades organizativas y económicas fuera de lo común. Su compromiso con sus súbditos fue más allá del generoso ofrecimiento de limosnas. Tenía una forma moderna de concebir la economía local, entender la importancia de la legislación y tenía una visión a largo plazo de los intereses de aquellos por quienes se sentía responsable.

De ahí los numerosos privilegios concedidos a la población de la región de Sadecki; las minas de sal que, creadas con la ayuda de mineros cualificados llamados desde Hungría, aseguraron ingresos constantes; el acto de poner el convento de las Clarisas de Stary acz bajo el poder directo del Papa, quien protegió sus bienes contra la apropiación de Leszek el Negro. Kinga fue fundamental en la canonización del obispo Stanisław de Szczepanów. Fue en 1253, año en el que murió Santa Clara, fundadora de las Clarisas. Su espiritualidad tuvo una profunda influencia en Kinga y las personas que la rodeaban.

Santa

Santa Clara vivía cuando fue fundado el primer monasterio de las clarisas en Polonia. En 1245 Salomea (1212-1268), hermana de Boleslao, había tomado el hábito y formado una comunidad. También Salomea vivió un matrimonio blanco con el marido, el príncipe húngaro Colomanno; eran terciarios franciscanos. Tras su muerte, ella volvió a la corte de su hermano en Sandomierz y dio vida a un monasterio de las Clarisas en Zawichost. Siguió el monasterio fundado por Kinga en Stary Sacz, donde entró en 1280.

Tres años después fue fundada una tercera comunidad en Gniezno por la hermana menor de Kinga, Jolanta (1244-1298), viuda de otro Boleslao, conocido como el Pío. Salomea fue beatificada en 1673, Kinga en 1690, Jolanta en 1827. El movimiento para la canonización de Kinga empezó a mitad del siglo XVIII, cuando Piotr Konstanty Stadnicki donó 100.000 zloty para financiar el proceso. Fue interrumpido por la división de Polonia y en 1999 cuando Juan Pablo II elevó a Kinga a la dignidad de santa.

Kinga

  • Nacimiento: 1224
  • Muerte: 24 de julio de 1292
  • Venerada por: Iglesia católica
  • Beatificación: 1690
  • Canonización: 1999 por el papa Juan Pablo II
  • Solemnidad: 24 de julio
  • Patrona de: Polonia y Lituania

*Artículo original publicado en el número de septiembre de 2020 de Donne Chiesa Mondo. Traducción de Vida Nueva

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