Tribuna

Nuevo presidente… y tu luz divina ¡siempre nueva!

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Biden jurando y deseando el bien, la sanación, la igualdad más allá del racismo, cree en la historia, la fe y la razón para la vecindad y la proximidad. No habrá paz sin unidad, la necesitamos… si nos unimos no fracasaremos. Vamos escucharnos, sanarnos, vernos, respetarnos. Fuera la mentira, si hemos llegado a ser realidad de un sueño como King, hemos de seguir soñando y creyendo en lo sagrado de la democracia. El desacuerdo es para el diálogo, no para  la división.



San Agustín decía que hemos de definir los objetivos del amor. La verdad forma parte del amor, en primer lugar los líderes… entiendo a los que se preocupan por la seguridad, pero en guerra no nos aseguramos. Desde la tolerancia, en la piel del otro, seremos y tendremos ayuda, y seremos fuertes aún en el desacuerdo. Lo peor del virus es si nos dividimos. Vamos a salir juntos como nos dice la Biblia. Estamos a prueba para fortalecernos en los retos de hoy. Seremos por el poder de nuestro ejemplo y os pido oración…. por los que nos han dejado… ¡silencio y oración!

Rezo con esperanza

Y mientras, tu luz, abrigo del absoluto, se adentra en mi habitáculo y como cada tarde me hablas del amor que permanece y provoca esperanza. Rezo por Biden y lo que desea… “es hora de ser audaces en esta hora difícil”. Lo hago también por David, ese padre cristiano que ha fallecido en Madrid, su familia, el joven sacerdote y esas dos personas anónimas de la calle. Sin olvidar la UCI y el hospital que van a montar en Badajoz por prevención.

Que tu luz venga a la sombra, que la ley y la norma sea de libertad, que el amanecer que viene nos coja despiertos, imperfectos pero juntos ante todo mal. Que el futuro nos llame a desarmarnos para llegar a la armonia, la división nos rompe, la unión avanza con luz de verdad y de libertad. Somos amados de un mañana que nos espera fraternos y solidarios…

Me dejo seducir para creer lo que oigo en esta tarde de invierno, donde has roto nubes para entrar por mi ventana y alumbrarme… Tú estás más allá y nos tocas en la cercanía de la luz.