Tribuna

Las mujeres de la Biblia: Rebeca

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La primera mención de Rebeca –nombre de significado discutido: “vaca” o “encadenar” (por la belleza)– ocurre a propósito de unas noticias sobre la familia mesopotámica de Abrahán en Gn 22,23: es nieta de Najor, hermano de Abrahán.



La segunda mención de Rebeca se produce en Gn 24. Abrahán envía a su criado a buscar esposa para su hijo Isaac entre su parentela, porque no quiere que se case con mujeres cananeas. La escena del encuentro entre el criado y Rebeca tiene lugar en torno a un pozo. Esta “escena de pozo” tendrá mucho éxito en la Biblia: ya aparecía en Gn 16,14, con Agar encontrándose con el ángel del Señor junto al pozo de Lajay Roí, “El viviente que me ve”, llegando incluso al Nuevo Testamento con Jesús y la samaritana (Jn 4).

Aunque todo se presenta providencialmente, hay que destacar que en Gn 24,58 se le pide opinión a Rebeca sobre su viaje con el criado para casarse sin dilación con Isaac. Incluso en 24,67 se habla de que Isaac “amó” (‘ahab) a Rebeca, algo no muy común en la antigüedad, donde el matrimonio era un asunto más social y económico que “romántico”.

Mujeres de la Biblia: Rebeca

En Gn 25,19-26 se menciona nuevamente a Rebeca con motivo de la concepción y nacimiento de sus dos hijos gemelos: Esaú y Jacob. Incluso, ante la pugna de los dos niños en su vientre, toma la palabra para expresar su desesperación: “Si esto es así, ¿para qué estoy yo aquí [es decir: para qué vivir]?” (19,22). En 26,46 empleará una expresión parecida (“¿para qué quiero la vida?”) quejándose de las mujeres hititas como motivación añadida para que Jacob vaya a buscar esposa entre su clan mesopotámico.

La disputa entre hermanos se prolongará hasta la edad adulta, desembocando en formas de vida radicalmente distintas. La preferencia de Isaac por el mayor (Esaú) es lo que explica el favoritismo de Rebeca por el menor (Jacob) (25,28). Este favoritismo se plasma magistralmente en la famosa escena de la estratagema que pergeña la madre para que Jacob suplante a su hermano Esaú en la bendición paterna (Gn 27).

El libro del Génesis no relata la muerte de Rebeca; tan solo constata el hecho en sí en 49,31: “Allí [en la cueva de Macpela] enterraron a Isaac y Rebeca”. Aunque en 35,8 hallamos una mención suya a propósito de la noticia de la muerte de su nodriza, Débora, y su entierro en Betel.

*Artículo original aparecido en la revista Religión y Escuela