Tribuna

Las mujeres de la Biblia: Rajab

Compartir

Como se sabe, al libro bíblico de los Jueces le precede el de Josué, en el que se narra la conquista de la tierra en la que luego vivirán los Jueces. Pues bien, en el comienzo mismo de Josué, en el capítulo 2, encontramos a Rajab. Es una prostituta que acoge en su casa a dos espías enviados por Josué para ver cómo es la región a la que Israel va a entrar.

Incluso los protege escondiéndolos del rey de Jericó, que los busca. Sin ser israelita, Rajab va a pronunciar una de las fórmulas de fe más contundentes de Israel: “El Señor, vuestro Dios, es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra” (Jos 2,11).



En Jos 6 se narra la conquista de Jericó por parte de Israel. Y, a pesar de que esa conquista acaba siendo más fruto de una procesión litúrgica que de una estrategia militar, se cumple con lo pactado, y Rajab y su familia son tratados con “bondad y lealtad” (ḥésed y ’émet) (2,14), dos atributos que en la Escritura, y así en pareja, suelen estar relacionados con Dios. “Ella se quedó viviendo en medio de Israel hasta el día de hoy”, dice el texto (6,25).

Mujeres de la Biblia: Rajab

No deja de resultar curioso que, en Mt 1,5, en la genealogía de Jesús, Rajab aparezca como la madre de Boaz, el bisabuelo del rey David. Con algunas de las otras cuatro mujeres que aparecen en esa genealogía –Tamar, Rut, Betsabé y María– nos volveremos a encontrar durante este curso.

Aparte del texto de Mateo, en el Nuevo Testamento se cita a Rajab en otras dos ocasiones. Tanto en Heb 11,31 como en Sant 2,25 se valora su acogida-hospitalidad, haciendo honor así al significado de su nombre: “amplitud”, “anchura”.

*Artículo original aparecido en la revista Religión y Escuela