Tribuna

Las mujeres de la Biblia: Dalila

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Es un claro contrapunto tanto de Sansón, un impetuoso personaje caracterizado por la fuerza, como de Débora, una mujer fuerte, como hemos tenido ocasión de ver. En efecto, Dalila significa “debilidad” o “delicadeza”, y encontramos su figura en Jue 16.



La relación de Sansón con las mujeres es un tanto compleja y agitada. En el capítulo 14, Sansón se casa con una filistea, aunque luego ella es entregada a otro hombre y más tarde quemada –junto con su padre– por los propios filisteos (15,6). Un poco antes de que entre en escena Dalila, Sansón se va con una prostituta de Gaza (16,1).

Pero en ambos casos el texto subraya que esas relaciones están en función de las “hazañas” de Sansón con respecto a los enemigos de Israel (“Ni su padre ni su madre sabían que esto venía del Señor, que estaba buscando un pretexto contra los filisteos, que dominaban por entonces a Israel” [14,4]).

La escena en que aparece Dalila es suficientemente conocida (16,4-22). En primer lugar, el texto dice que Sansón se enamora de ella (de su primera esposa el texto simplemente dice que se “fijó” en ella o que la “vio”). Inmediatamente, los príncipes de los filisteos le piden a la mujer que le sonsaque el secreto de su fuerza y cómo doblegarlo. El verbo que emplean (“sedúcelo”) es el mismo que usará, por ejemplo, el profeta Jeremías referido a Dios: “Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir…” (Jr 20,7). Una seducción que no es fascinación, sino engaño.

Mujeres de la Biblia: Dalila

Dalila preguntará directamente a Sansón en tres ocasiones, recibiendo sucesivamente unas respuestas –atarlo con cuerdas frescas, con cuerdas nuevas o trenzando siete guedejas de su cabello y fijándolas con una clavija– que demuestran ser una burla.

Pero como Dalila “le asediase todos los días con sus palabras y le importunara tanto” (Jue 16,16), al final Sansón abre su corazón y le cuenta el secreto de su fuerza, ligado a su condición de nazir –ofrecido o consagrado a Dios– desde el seno de su madre.

La última acción que Dalila lleva a cabo en la Escritura es adormecer sobre sus rodillas a Sansón, antes de que un filisteo le corte los cabellos y pierda así su fuerza. La escena no deja de recordar en cierta manera la de la muerte del general Sísara –aludida más arriba–, quien se duerme después de que Yael le cubra con una manta y le dé leche; posteriormente, le clavará en la sien una estaca de la tienda.

*Artículo original aparecido en la revista Religión y Escuela