Tribuna

La crisis de Puerto Rico… de las tinieblas a la luz 

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En su canción ‘Preciosa’, nuestro Rafael Hernández decía que los hijos de la libertad le dirían “preciosa” a nuestra tierra puertorriqueña, “no importa el tirano te trate con negra maldad”. Cuando miramos las cosas que están pasando en nuestro mundo mientras sigue la pandemia del coronavirus, uno no puede menos que meditar lo profundo y oscuro que puede ser el “enredo del espíritu” de los que prefieren el poder y el pillaje a pesar de que la enfermedad y el hambre azotan la humanidad. Estos viven en las tinieblas.



Ante ese cuadro, la semana pasada, el joven líder del Proyecto Comedores Sociales en Puerto Rico, Giovanni Roberto, dirigió una caravana en reclamo de que los jefes del Estado se tomaran en serio lo que se supone sea su prioridad, proteger a los que no tienen con qué resistir por sí solos. Los policías lo esposaron y se lo llevaron. Más de 8 horas estuvo preso y alguien logró sacar del cuartel un video, en el que se escuchaba cómo el joven cantaba desde la celda: “Yo solo quiero, comida pa’ los pobres…”. Giovanni Roberto piqueteaba solo, desde la prisión.

“¿Por qué encarcelan al amor?”, preguntaba en tono de denuncia en las redes sociales la artista Nora Rodríguez Vallés, la misma que pintó para nuestro pueblo de Comerío el cuadro de ‘Nuestra Señora del Alba’. Así, la ilustre pintora puertorriqueña reclamó la libertad para Giovanni Roberto.

Puerto Rico

Fuimos muchos los que clamamos por la libertad del portavoz de los “Comedores Sociales”, pero la pregunta a la que me estoy refiriendo –¿por qué encarcelan al amor? – llega a un lugar bien profundo del alma. El cuadro de la pintora Rodríguez Vallés, basado en un poema de nuestro Juan Antonio Corretjer, cuenta cómo de entre las tinieblas surgió un primer rayo, un fogonazo de luz, un primer amanecer.

El gesto valiente de Giovanni Roberto fue también un “fogonazo de luz” que rajó las tinieblas de la maldad de la que es víctima el pueblo durante esta pandemia.

Las pretensiones de los tiranos de continuar las guerras en toda la tierra, de tratar de imponerle castigos a los países con los que no están de acuerdo, son tinieblas impenetrables. Los intentos de acaudalados de imponer el trabajo esclavo a sus trabajadores aprovechando la situación, son tinieblas impenetrables. La falta de responsabilidad de los bandidos de la corrupción por seguir con el saqueo creyendo que el pueblo no puede alzarse, es una noche oscura que no quiere que brillen las estrellas.

Son ladrones que brincan las verjas de la decencia para robarse las ovejas. Son los que quieren meter preso al amor.

No quiero engañar, ni quiero engañarme. Todos tenemos esas tinieblas, todos vivimos las tentaciones para dejar que sean las tinieblas de la maldad las que marquen el rumbo de nuestras vidas. Pero todos podemos también estar atentos a los rayos que rompen la oscuridad.

Para todos, en comunidad, que el rayo del alba “que a todos por igual bendice”, sea “para el que escucha y para el que habla”.