Tribuna

La actividad humana

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El hombre debe ser consciente de que piensa, aunque suene absurdo, a veces no somos conscientes de tantos procesos que nuestro cuerpo hace para mantenernos vivos, y esa consciencia, es obvio no es actividad propia de la materia.



Cuando decido hacer algo o no hacerlo, estoy cierto de que esta actividad está bajo mi control, de modo que -señala el padre Manuel Carreira- toda la sociedad humana se vendría abajo si negase la libertad, porque quien niega la libertad del hombre lo reduce a una especie de máquina, que hace las cosas solo por que sí, automáticamente, o bien tiene que decir que todo aquello que nos parece que hacemos libremente es un sueño, una ilusión.

En ambos casos se viene abajo la sociedad, porque si no hay libertad no puede haber responsabilidad, si no hay responsabilidad nadie puede ser obligado ni se le puede pedir que haga tal o cuál cosa, entonces, no habría la posibilidad de decir que algo es un crimen, ni habría responsabilidad ante el Estado, ni ante la familia, ni ante nada, ni nadie.

En el hombre hay dos niveles de actividad: el pensamiento y los actos de voluntad, que paradójicamente, aunque una vez culminados pueden o no materializarse, estos dos niveles no dependen de la materia, pues ni el pensamiento ni la voluntad tienen, peso, carga eléctrica, densidad, ni ninguna propiedad física; una vez establecido esto, debemos decir que, en el hombre, lo que hace el cuerpo afecta las actividades espirituales y lo que hace el espíritu también afecta al cuerpo.

El cuerpo influye en el espíritu

El ejemplo que propone el padre Carreira es increíblemente ilustrativo: cuando ustedes tienen un dolor de cabeza no pueden pensar bien; cuando tienen una preocupación pueden terminar con una úlcera de estómago, el cuerpo influye en el espíritu y el espíritu influye también en el cuerpo. Esto, filosóficamente, se expresa diciendo que el hombre es un único ser, compuesto de dos realidades que se intercompenetran.

En la fe tenemos la base de nuestra redención, que es la unidad de dos naturalezas distintas, cada una de las cuales tiene operaciones propias: la naturaleza divina y la humana. Y porque se da esa unidad se puede dar esa redención. De una manera muy inferior, pero semejante, en el hombre se dan dos realidades, dos principios de actividad, que es lo que significa naturaleza: de la actividad material, el cuerpo, de la actividad no material, el espíritu.

hombre en la naturaleza

Pero es una única realidad personal. La persona humana debe tener ambas realidades. Esto es importante en contraposición a ideas de reduccionismo materialista o espiritualista o ideas de tipo oriental que están bastante de moda en que se viene a decir que el ideal del asceta es liberarse del cuerpo, por que el cuerpo se considera un peso para el espíritu, algo que impide el desarrollo de la persona. Esto es falso. El cuerpo es necesario para que haya una persona humana.

Una vez que hemos establecido que el hombre solamente es una persona total con cuerpo y alma podemos preguntarnos ¿Qué es el cuerpo? Y aquí es donde entran en juego datos e ideas de la ciencia moderna que nos pueden ayudar a evitar malentendidos.

Primeramente, el cuerpo, como palabra que se puede usar en el lenguaje normal pero también en el científico, siempre es una estructura material. No tiene sentido físico ni filosófico hablar de un cuerpo inmaterial. Es una condición verbal. El cuerpo es una estructura material necesariamente. Decir que resucitamos con un cuerpo no material es absurdo, es como un círculo cuadrado, y esto no puede ser. O no hay cuerpo, o si hay cuerpo tiene que ser una estructura material.

Tengamos en cuenta que la física solamente define a las cosas que estudia por sus operaciones. No sabemos qué es algo directamente. Solo podemos saber lo que hace, y por lo que lo definimos. ¿Qué es un protón? Un físico podría decir que es algo que tiene determinado comportamiento y definición más eléctrica; así mismo podría suceder con la definición de un electrón o un neutrón por poner algún ejemplo.

Pues bien podemos decir que el cuerpo (la materia en general) es algo que tiene actividad por medio de cuatro fuerzas, que llamamos cuatro interacciones: la gravitatoria, la electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil, nada más. Puede parecer sorprendente que todo cuanto ocurre en el universo tenga que ocurrir por alguna de estas cuatro interacciones o sus combinaciones y sabemos lo que hace cada una de estas cuatro fuerzas.

 

(Parte 4 de 10)