Tribuna

El valor del patrimonio y la acción aseguradora

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Cuidar del patrimonio no es únicamente una cuestión material. Es, en buena medida, proteger la historia, la identidad y la misión de aquellas instituciones que sostienen la vida social y comunitaria. En UMAS llevamos más de cuatro décadas acompañando a congregaciones, diócesis, parroquias, colegios, fundaciones, asociaciones y entidades de acción social en la gestión de sus riesgos. Nuestro compromiso nace de un propósito claro: salvaguardar lo que otros construyen con esfuerzo, entrega y vocación de servicio.



El patrimonio de las instituciones no es solo ladrillo o estructura. Representa proyectos educativos, obras sociales, espacios de encuentro y, en muchos casos, siglos de tradición y cultura. Cuidar de un colegio, de una residencia, de un convento o de una parroquia es también cuidar de las personas que encuentran allí apoyo, formación o acompañamiento.

En UMAS entendemos que proteger ese patrimonio es parte de la misión compartida con quienes confían en nosotros. Nuestro trabajo va más allá de la póliza: escuchamos, analizamos, asesoramos y diseñamos soluciones adaptadas a las realidades de cada institución.

La acción aseguradora en patrimonio exige una especialización muy concreta. No se trata únicamente de cubrir daños materiales; se trata de comprender las dinámicas de las instituciones, los usos de los edificios, la singularidad de los bienes, y hacerlo también con sensibilidad y profesionalidad.

UMAS

Asegurar un patrimonio no significa únicamente responder cuando ocurre un siniestro. Significa también trabajar activamente para que ese siniestro no suceda, o para minimizar sus consecuencias. Por eso, en UMAS promovemos acciones de prevención y formación.

UMAS no es una compañía aseguradora al uso: somos una mutua. Eso significa que no tenemos accionistas a los que rendir cuentas en términos de rentabilidad financiera. Nuestra prioridad son los mutualistas, es decir, las instituciones que forman parte de UMAS.

Este modelo cooperativo nos permite reinvertir los resultados en mejorar coberturas, ampliar servicios y garantizar primas justas. Genera un círculo virtuoso de confianza: los mutualistas saben que su aseguradora no busca maximizar beneficios, sino ofrecer la mejor protección posible.

Un modelo de confianza

La confianza se traduce en relaciones estables y de largo plazo. Muchas de las entidades que hoy aseguramos llevan con nosotros más de treinta años. Esa continuidad es fruto de la coherencia y del compromiso compartido.

Proteger el patrimonio también tiene una dimensión de sostenibilidad. Las instituciones aseguradas por UMAS realizan una labor esencial en ámbitos como la educación, la sanidad, la asistencia a mayores, la inclusión social o la cultura.

Cuando protegemos sus bienes, indirectamente estamos apoyando la continuidad de esas misiones. Cada colegio que sigue funcionando tras un siniestro, cada residencia que recupera la normalidad tras un percance, cada convento que preserva su legado histórico gracias a una intervención rápida, son ejemplos concretos de cómo el seguro contribuye a la sostenibilidad social.

En UMAS estamos preparados para acompañar a nuestras instituciones en estos desafíos. Con conocimiento especializado, con la solidez de nuestra experiencia y con la confianza de ser parte de un mismo proyecto.

Nuestro futuro se construye sobre un principio muy simple: estar al lado de quienes, día a día, ponen su patrimonio al servicio del bien común. Esa es la verdadera esencia de nuestra acción aseguradora.


*Eduardo Basagoiti, director general de UMAS Seguros