Tribuna

El necesario testimonio de los laicos en la política

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Tiempos inéditos, no solo para la política, en España. Se avecinan importantes cambios sociales impulsados por las ideologías imperantes en los partidos gobernantes. La dialéctica política se presenta turbulenta debido a la insurrección institucional generalizada del separatismo catalán, inmerso en un abierto desafío al ordenamiento constitucional.



Los excesos actuales producen en la sociedad una progresiva radicalización, cuya consecuencia es el aumento a derecha y a izquierda de posiciones extremistas, igual de reprobables ambas, porque su discurso nos lleva al frentismo irreconciliable de las dos Españas que tanto mal causó en nuestro triste pasado y que creíamos ya superado gracias al ejemplar proceso de la Transición.

Tiempos taranconianos

Citada esta, en un sano ejercicio de correcta memoria histórica, considero que es conveniente recordar los aciertos del ayer para que nos ayuden a no repetir errores del pasado, razón que es de urgente aplicación para la Iglesia española, pues solo beneficios le puede aportar, por ejemplo, el tener presentes aquellos tiempos taranconianos, tan similares a los de hoy.

Posiblemente sean, sobre todo, los laicos quienes más deban reflexionar sobre un momento tan brillante en la historia de la Iglesia en España, con su decisiva aportación al paso, pacífico y consensuado, de la dictadura a la democracia, instaurada gracias a una ejemplar reconciliación nacional. Lograban así los católicos la implantación de los valores conciliares de la Iglesia de Pablo VI, como el de la separación Iglesia-Estado.

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