El 30 de julio, Día Mundial contra la Trata de Personas, nos recuerda una realidad que golpea en silencio: millones de seres humanos viven hoy sometidos a nuevas formas de esclavitud. Mujeres, niños y niñas son víctimas de explotación sexual, trabajo forzado, servidumbre doméstica o tráfico de órganos. La trata no es un crimen del pasado; es una realidad que adopta nuevos rostros, pero mantiene la misma raíz de siempre: la pobreza.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Las personas que viven en situación de exclusión, sin protección institucional, que huyen de conflictos o catástrofes naturales, o aquellas que carecen de oportunidades para salir adelante, son especialmente vulnerables a ser víctimas de trata. Las redes criminales trafican con su fragilidad y se lucran convirtiendo la desesperación ajena en mercancía.
Las cifras son estremecedoras: más del 60 % de las víctimas son mujeres y niñas, y más de un tercio son menores. La trata es hoy un negocio que mueve 150.000 millones de dólares al año. Pero detrás de cada número hay un rostro, una historia, una vida truncada por la injusticia.
Desde Manos Unidas trabajamos para romper este círculo de pobreza y explotación a través de proyectos que fortalecen a las comunidades desde dentro: educación, salud, medios de vida sostenibles, acceso al agua y formación profesional. Cada niño que va a la escuela, cada mujer que accede a ingresos propios, cada familia que mejora sus condiciones de vida representa una barrera contra la trata.
Denunciar, educar, actuar
En este Año Jubilar, que nos prepara para celebrar el 2025 como Año Santo, la Iglesia nos invita a leer los signos de nuestro tiempo con profundidad y a responder con compasión y justicia. El Jubileo es, ante todo, un tiempo de liberación. Un momento para restituir la dignidad a quienes se les ha arrebatado. Y hoy, no hay mayor urgencia que liberar a quienes siguen encadenados por la pobreza y la explotación.
El papa Francisco lo recordó con fuerza durante la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata celebrada en 2024: “Santa Bakhita nos anima a abrir los ojos y los oídos, para ver a quienes permanecen invisibles y escuchar a los que no tienen voz; para reconocer la dignidad de cada persona y actuar contra la trata y toda forma de explotación”.
La trata no es un drama lejano ni ajeno: nos interpela a todos, en todos los continentes. También aquí, en nuestra sociedad. Como creyentes, estamos llamados a no ser indiferentes. A denunciar, a educar, a actuar. Combatir la trata es una responsabilidad de gobiernos, instituciones y organismos internacionales. Pero también lo es de quienes creemos que toda vida humana es sagrada y tiene un valor inviolable. Quienes defendemos que nadie tenga que vender su libertad para sobrevivir y queremos que el Jubileo sea, para muchos, el comienzo de una vida nueva.
Patricia Garrido es la coordinadora de proyectos en los estados de Norte de India de Manos Unidas y experta en trata de seres humanos.