Tribuna

El hombre es cuerpo y alma

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Es obvio que, en sentido estricto, el hombre es una estructura de material orgánico, parecida a la de los demás seres vivos. Utilizamos los mismos compuestos químicos, tenemos las mismas funciones, el mismo metabolismo, de modo que nosotros, somos parte de una cadena de seres vivientes que se han desarrollado en la Tierra usando las fuerzas de la materia para producir lo que llamamos actividad vital -en palabras del padre Manuel Carreira-, actividad definida por el crecimiento, la nutrición, la reproducción y eventualmente la muerte.



Todo lo anterior ocurre en el hombre sin lugar a duda, pero ¿es esto todo lo que hay en el hombre? Ciertamente que no, tenemos actividades que no se encuentran en los animales, y esas actividades son el pensamiento y el raciocinio, pero ¿cómo podemos comprobar esta actividad?, en que el hombre presenta características inherentes, la verdad, la belleza y el bien. Esto es lo propio de la actividad humana, queremos conocer incluso lo abstracto, de modo que aún la ciencia que trata de la materia tiene que pasar a un nivel de abstracción en que lo que se estudia ya no entra por los sentidos.

Por ejemplo, cuando se estudia el concepto de átomo, todo mundo, sino perfectamente, pero si someramente, sabe lo que quiere decir esta palabra; sin embargo, muchos de nosotros no han visto un átomo y tal vez, nunca lo lleguemos a ver; vamos a otro ejemplo, cuando estudiamos filosofía, el concepto de deber, tampoco podríamos decir que es algo que comprendamos gracias a nuestros sentidos, es algo de orden no material, abstracto: sin embargo, por el concepto de deber, una persona puede dar la vida, se va incluso contra los instintos más básicos por algo que no puede ser de orden material, que no puede notarse, ni percibirse por los sentidos.

hombre y naturaleza

El concepto de patria es abstracto, el concepto mismo de Dios no entra por los sentidos y, sin embargo, tiene importancia y significado, de modo que hay una actividad en la persona humana que da importancia enorme a lo que no tiene cualidad material alguna. Lo mismo podemos decir de la búsqueda de la belleza, por ejemplo, la belleza literaria, ¿qué sentido tiene para un físico un libro de poesía? Desde la física, un libro es un montón de hojas de papel hecho de celulosa, con unas cuantas manchas oscuras colocadas de manera cuasi ordenada, no más, pero, hay allí un significado que no dan las leyes físicas, un significado que depende de una construcción totalmente teórica: estas manchas van a significar sonidos, palabras e ideas.

Leyéndolo, el libro de poesía puede darnos una sensación de belleza, de satisfacción y de alegría que no puede explicarse por ninguna ley física, todo esto quiere decir, pues, que esta nueva actividad humana no se basa en las propiedades de la materia. A mí una poesía me puede hacer el mismo efecto esté escrita en papel, en pergamino, en bronce o piedra, es el significado el que tiene la importancia, y el significado no es una propiedad física dado que no se puede describir por ningún experimento físico.

¿Qué es lo que yo conozco más ciertamente? -Pregunta el padre Carreira en su conferencia- que estoy conociendo, la frase famosa de Descartes: pienso, luego existo. Puedo dudar de lo que estoy dudando. Esto me da la certeza de una actividad que excede el nivel de la materia.

Es importante aclarar que siempre se ha dicho que en el hombre la materia se hace consciente de sí misma. Tiene un sentido aceptable, pero también equívoco. ¿Somos todos nosotros conscientes de lo que están haciendo las células de nuestro cerebro? Ciertamente que no, por ello que la premisa de que en el hombre la materia se hace consciente de sí misma es inválida en su totalidad.

 

(Parte 3 de 10)