Tribuna

Colegio Gamo Diana: todos podemos hacer algo

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La comunidad educativa de colegio Gamo Diana está especialmente hermanada con la terrible situación que afronta el pueblo ucraniano a causa de la invasión rusa de su territorio. Nuestra motivación más cercana son las ocho familias ucranianas de nuestro centro que viven el conflicto en primera persona.



El Gamo Diana, en coordinación con la parroquia de San Gerardo, apoya a nuestros hermanos que sufren la guerra o el exilio con dos tipos de acciones: sensibilización y aporte de recursos.

Para mostrar públicamente nuestro apoyo, el Departamento de Comunicación transformó desde los primeros días del ataque el logo del colegio en una bandera ucraniana. Este gesto muestra aún hoy nuestra solidaridad a quienes entren en contacto con cualquiera de nuestras redes. Fue emocionante recibir el agradecimiento de las familias de Ucrania, se sienten más en casa y acogidos cuando entran en nuestra plataforma educativa.

Unos días después hicimos lo que hacemos los cristianos cuando algo nos toca, de verdad, el corazón: rezar juntos. Los alumnos de Primaria rezaron en el patio y los de secundaria aprovechamos la megafonía para escuchar una hermosa oración en ucraniano, leída por nuestra Adriana Korsak (1º C ESO) mientras se proyectaba en castellano en las aulas.

Por otro lado, estamos acogiendo las necesidades de ese valiente pueblo, hoy en éxodo, compartiendo con ellos la recaudación de una de nuestras actividades anuales: la marcha solidaria. Nuestros alumnos, acompañados de sus familias, han tenido la oportunidad de disfrutar de un buen día caminando desde el colegio hasta la Casa de Campo. Una vez allí, los juegos cooperativos nos recuerdan como se puede jugar y vivir desde la paz y la colaboración, sin competir ni luchar.

No solo los participantes, sino también muchas personas que vistieron desde casa su dorsal cero, han podido hacer su aportación para compartir recursos con los, a día de hoy, más necesitados: el pueblo hermano de Ucrania.

Desde la parroquia

Estamos orgullosos de la respuesta comunitaria de las familias que se han sumado además a las distintas acciones programadas por la parroquia (acogida en casa, tutoría desde el idioma, servicio, cocina y aportación generosa) y publicitada desde nuestro colegio.

Como decía el cartel ganador de nuestro concurso por un mundo sostenible “Nadie puede hacerlo todo, pero todos podemos hacer algo”.

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