“La vida cristiana no se vive aisladamente, como si fuera una aventura intelectual o sentimental, confinada en nuestra mente y corazón”, ha dicho el Pontífice
“Incluso en el contexto de la vida consagrada hay institutos religiosos que, manteniendo siempre a las mismas personas en los cargos de gobierno, han permitido que el abuso se infiltre”, ha apuntado el Papa