XXVIII Asamblea general de la CONFER. Un tsunami sinodal

Portada SomosCONFER_Nº 33

Donde crece el discernimiento comunitario, donde resuenan las voces de lejos, donde el diálogo matiza y detalla, donde la tradición se hace eco y se recrea hay sinodalidad. Y ese clima fue el vivido del martes 24 al jueves 26 de mayo en la XXVIII Asamblea General de la CONFER, celebrada en Madrid. En estos días, los superiores mayores, y con ellos toda la Vida Religiosa española, ha avivado el deseo y la necesidad de ser juntos Iglesia que bebe de la misma Fuente y camina por los múltiples senderos de la unidad en la diversidad.



Los religiosos españoles festejamos un camino, desde el taller del alfarero a la Fuente: beber juntos para dejar después que nuestra agua corra y haga germinar. Como ayuda en este proceso de discernimiento y profundización en el camino sinodal, se ha contado con la teóloga Cristina Inogés Sanz y María Luisa Berzosa, FI, miembros de la Comisión Metodológica y la Comisión de Espiritualidad del Sínodo de la Sinodalidad, respectivamente. Por tanto, parte activa en este camino emprendido por la Iglesia de la mano del papa Francisco, al que, como Vida Religiosa, nos unimos.

Todos para uno y uno para todos

Durante una de sus intervenciones, hablaron sobre el liderazgo sinodal, que requiere “cambiar, evolucionar a nivel personal y comunitario”. Y se centraron en el evangelio de Juan como modelo, pues está “basado en una relación de amistad, que para nada uniforma la relación. Preservar la diversidad es un elemento clave en el liderazgo sinodal. Cada uno tiene su lugar y todos estamos en relación con todos”. Asimismo, recalcaron que “en este modelo podemos vivir, en cierto modo, el lema de los tres Mosqueteros: Todos para uno y uno para todos”. El liderazgo sinodal requiere cambiar, evolucionar a nivel personal y comunitario.

A la corriente de sinodalidad desplegada por ambas se unió Fernando Cordero, SSCC, que, pese a no haber estado de forma presencial, ha colaborado con ellas. Así, en entrevista con SomosCONFER destaca que la sinodalidad es una “moda” vigente en el primer milenio, queriéndose recuperar desde el Concilio Vaticano II. Por eso, muestra su convencimiento de que “más que una moda, es un ‘modo’ u otra manera de ser Iglesia”.

Hablar de sinodalidad también es hablar de transparencia, de rendición de cuentas y de no dejar a nadie atrás. En este sentido, una vez más, la Asamblea no pasó por alto las cuestiones más dolorosas, como la crisis de los abusos, entonando un contundente ‘mea culpa’”.

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