Terminada la II Guerra Mundial, concretamente en 1949, Karl Jaspers –a quien nada menos que la filósofa e historiadora estadounidense Hannah Arendt calificó como “el mejor maestro de todos los tiempos, la conciencia de Alemania”– dio a conocer un libro que tuvo gran resonancia en su momento. Su título muestra ya amplios horizontes: ‘Vom Ursprung und Ziel der Geschichte’. En España fue traducido por Fernando Vela y publicado por primera vez en Revista de Occidente de Madrid en 1951 con el título ‘Origen y meta de la historia’. He usado su cuarta edición del año 1968. En 2017, Acantilado de Barcelona, editorial especializada en reeditar libros señeros, lo volvió a publicar e incluso colgó su introducción en internet.
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Carlos Javier González Serrano considera esta obra como “excelsa, necesaria, magnífica, irrenunciable, uno de los estandartes de la filosofía del siglo XX que cobra una mayúscula actualidad en nuestros días”. Conocer este libro conduce a una significativa actualidad para nuestros propósitos evangelizadores, conservando hondas repercusiones tanto para la teología como para la espiritualidad y la pastoral de nuestro tiempo.
Nuestro autor mantuvo con pasión la tesis de que, entre los años 800 y 200 antes de Cristo, se vivió un momento privilegiado, misterioso pero absolutamente real, que ha seguido alimentando a la humanidad a lo largo de los siglos. Coincidió con el tiempo de la escritura, al que más tarde siguió la imprenta. Según su entender, “este eje de la historia universal parece estar situado hacia el año 500 antes de Jesucristo” (‘Origen’, p. 20).
Hechos extraordinarios
“En este tiempo se concentran y coinciden multitud de hechos extraordinarios. En China viven Confucio y Lao-Tsé… En la India… vive Buda… En Irán enseña Zarathustra… En Palestina aparecen los profetas, desde Elías, siguiendo por Isaías, y Jeremías, hasta el Deuteroisaías. En Grecia encontramos a Homero, los filósofos… los trágicos… En esta época se constituyen las categorías fundamentales con las cuales hoy pensamos, y se inician las religiones mundiales de las cuales todavía viven los hombres” (‘Origen’, pp. 20s).
Hay que considerar este tiempo como el momento en que el intelecto y el logos hacen su aparición en la historia. “Allí está el corte más profundo de la historia. Allí tiene su origen el hombre con el que vivimos hasta hoy. A esta época la llamaremos en abreviatura el ‘tiempo eje’” (p. 20). La razón y la palabra adquieren tal categoría, que hacen de la persona humana un ser nuevo, que piensa, siente y habla.
Pensar en el futuro
Este hermoso texto de Jaspers, “un libro de esperanza, de un nuevo comienzo para la humanidad” (José Luis Villacañas), se propone describir la situación histórica del hombre como merece la pena ser reseñada. Para ello, aboga por situar al ser humano en el tiempo (Martin Heidegger), en el flujo de la historia universal, para lo cual no debemos únicamente mirar al pasado, sino que estamos impelidos a pensar en el futuro y esperanzados en proyectarnos hacia sus logros.
La memoria siempre es creativa, cuando usamos las capacidades según su debido funcionamiento, que nos sitúa en el presente y nos proyecta hacia lo que viene después, siempre ubicados en el discurrir temporal, del que no podemos salirnos, pero que nos sirve para expresarnos.
Momento crucial
Se trata de un prolongado momento crucial, “en que el hombre alcanza su plena madurez, en que el espíritu humano se encuentra consigo mismo, y aparecen la filosofía, la teología y la mística en la historia… La novedad de esta época estriba en que en los tres mundos el hombre se eleva a la conciencia de la totalidad del Ser, de sí mismo y de sus límites. Siente la terribilidad del mundo y la propia impotencia” (p. 20).
“Esto resulta de la reflexión. Un día la conciencia se hace consciente de sí misma, el pensamiento se vuelve hacia el pensamiento y lo hace su objeto” (pp. 20s).
Hay un saber de lo que está fuera del alcance y dominio de la ciencia; esta proporciona, sin duda, un conocimiento legítimo, empíricamente verificable, que conserva su propia especificidad. Jaspers llama a este saber distinto, pero imprescindible, ‘La Trascendencia’: saber al que se accede mediante un salto cognoscitivo, que proporciona los conocimientos claves para aspirar a una existencia humana plena.
Espiritualización
La experiencia, iluminada por la razón, abre a las decisivas intuiciones de “los profetas, con su idea de Dios… el combate por la trascendencia de un Dios único contra los demozaciónnios que no existen y el combate contra las falsas figuras de los dioses por la rebelión ética contra ellas. La divinidad fue elevada a más alto rango al impregnarse de ética la religión” (p. 21).
“Esta total transformación de la existencia humana puede llamarse espiritualización” (p. 22).
El pensar reflejo se convierte en parte del pensar humano y de su progreso en la historia. “Pero en la historia misma –así concluye Jaspers su obra– está la perspectiva del tiempo: acaso todavía una larga, muy larga historia de la humanidad sobre el planeta, convertido en una unidad. En esa perspectiva la cuestión para cada cual es dónde quiere estar, para qué quiere actuar” (p. 353). Aquí encuentra sentido cuanto el hombre es y hace.
Esperanza en la dificultad
A este tiempo singular pertenecen los profetas Oseas, Jeremías y, sobre todo, el Deuteroisaías, figuras estelares del Primer Testamento. Los tres abrieron nuevas perspectivas al amor de Dios entre los hombres, como antes no se había conocido. Se trata de sobresalientes personalidades, que traspasaron las fronteras judeo-cristianas e influyeron más allá de lo que podía esperarse debido a su pequeño entorno. Transmitieron esperanza al pueblo de Israel en momentos de gran dificultad, pero también a los judíos posteriores, después de ellos a los cristianos y a los hombres de buena voluntad.
De esta asombrosa corriente bebe más tarde el profeta Jesús de Nazaret, también judío de nacimiento y, para muchos, la figura más importante de la historia de la humanidad; desde luego, la que más ha influido en ella, al menos en la cultura occidental. Sus seguidores, que no han dejado de crecer con el transcurso de los siglos, dividieron la historia en dos partes: lo que está antes de su persona y lo que viene después de su existencia terrena.
Los creyentes de verdad, aquellos que han recibido como gracia la fe, resuelven la cuestión con una gran seguridad: quieren estar protegidos por el amor de la Trinidad, revelada por el Nazareno, y desean actuar teniendo en cuenta el comportamiento de su Señor y Maestro. Su persona, vida y obra abrió y sigue abriendo a una gran esperanza, que, mediante su muerte y resurrección, encontrará un destino final feliz para siempre. (…)
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Índice del Pliego
I. EL TIEMPO AXIAL
1. La tesis de Karl Jaspers sobre el tiempo axial (eje)
- Pensamientos centrales
- La Sagrada Escritura en la época axial
2. Un nuevo tiempo axial
¿Cuándo empezó este nuevo tiempo?
II. CARACTERÍSTICAS CENTRALES DE LA NUEVA ÉPOCA AXIAL
1ª característica: la inteligencia artificial (IA)
2ª característica: las migraciones
- La carta de Francisco
- Signos nuevos de protección
- La exhortación pastoral de los obispos españoles
3ª característica: presente y futuro de la Iglesia en la nueva época axial
- El Concilio Vaticano II
- Un cambio de época en el pontificado del papa Francisco
- En los inicios de la misión evangelizadora de nuestro Papa actual

