Pliego
Portadilla del Pliego nº 3.217
Nº 3.217

La procesión interior de la Semana Santa 2021 en pandemia

Cuando hace dos años pensaba en el título para un libro sobre la espiritualidad de las hermandades y cofradías de Semana Santa, enseguida me vino a la cabeza la expresión ‘La procesión va por dentro’. Esta potente metáfora podía ilustrar aquellas vivencias en las que los cofrades experimentan a Dios y se acercan a los hermanos desde el ámbito de la Semana Santa. Sin embargo, ni de lejos podía imaginar que, solo unos meses después de su publicación, esta expresión iba a pasar a ser el icono de una situación nueva, distinta, triste y desagradable que marcaría la Semana Santa de 2020 y que lo hará también con la de 2021: la pandemia del Covid-19.



Y es que, a pesar de que al principio pensásemos que la llegada del virus no iba a condicionar demasiado nuestra vida ni nuestra Semana Santa, lo cierto es que poco después la realidad se impuso mostrando su cara más preocupante y dolorosa. No tardaría en llegar el decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el que, con la posibilidad del traslado de las manifestaciones de la piedad popular al mes de septiembre, se daban por suspendidas las procesiones. Dicho decreto, unido a las medidas del estado de alarma, hizo que fueran muchos los que afirmaran que, debido a la pandemia, en 2020 no iba a haber Semana Santa.

Sin embargo, casi de una manera contemporánea, un grupo grande de cofrades y devotos se rebeló contra esas declaraciones afirmando la imposibilidad de la suspensión de la Semana Santa, así como la posibilidad de su celebración desde casa. Este fue el origen de un gran despliegue de iniciativas, la mayoría de ellas ‘online’, que, con más o menos medios técnicos, trataron de llevar hasta los hogares los cultos cuaresmales de las hermandades y cofradías, así como los vía crucis y procesiones en los días de la Semana Santa.

De este modo, durante la Cuaresma del año pasado, un gran número de cofrades pudieron prepararse desde sus casas para la celebración de la Semana Santa asistiendo virtualmente a los cultos que las hermandades organizaron en honor de sus titulares. Paradójicamente, esto propició que muchas personas que otros años no podían asistir por razones geográficas o laborales pudieran participar de las celebraciones desde sus hogares. Estas retransmisiones ayudaron a mucha gente a sentirse en comunión con sus hermanos cofrades y a iluminar así desde la fe esa soledad e incertidumbre que experimentamos durante el confinamiento. Pero, a la vez, es innegable que la imagen de los templos vacíos, además de extraña, transmitía una gran nostalgia.

Iglesias domésticas

La Cuaresma culminó como siempre en la Semana Santa. Durante ella, las hermandades y cofradías, en línea con la tónica eclesial, siguieron haciendo grandes esfuerzos con el objetivo de llevar las celebraciones de esos días hasta las casas o –quizá, mejor dicho– para lograr que estas se convirtieran en iglesias domésticas. Así, muchas corporaciones penitenciales ofrecieron a sus miembros un amplio programa de vía crucis, retransmisiones de las procesiones de los años anteriores, meditaciones de los relatos evangélicos, etc.

Estas sirvieron de complemento a las celebraciones del Triduo Pascual, como otros años lo habían hecho las manifestaciones de piedad popular. Muchas de ellas llevaban el nombre de “La procesión va por dentro”, que no hablaba ya de la vivencia interior de un cofrade que sale a la calle en Semana Santa, sino de la nueva y extraña situación de confinamiento que estábamos viviendo.

Con la llegada del Domingo de Resurrección, los cristianos en general y los cofrades en particular experimentaron un doble alivio en su interior. En primer lugar, porque la alegría de la Pascua nos puso en sintonía con la esperanza que proporciona el experimentar que Cristo ha vencido a la muerte, dando así sentido a todo el sufrimiento humano. Y, en segundo lugar, porque la mayoría pensamos que habíamos terminado una Semana Santa muy difícil, comenzando así el tiempo de espera para poder volver a acompañar a nuestras imágenes en procesión por las calles en la luna de Parasceve del año 2021. De hecho, muchos de nosotros, al felicitarnos las Pascuas, nos emplazamos hasta el año siguiente en nuestras parroquias y templos, de un modo semejante al que los judíos esperan celebrar la siguiente Pascua en Jerusalén.

Septiembre sin procesiones

Sin embargo, el transcurrir de los meses nos fue haciendo ver que la pandemia se alargaba y que su final no estaba tan cerca como habíamos pensado. Así, el mes de septiembre pasó sin las anunciadas procesiones en los días de la Exaltación de la Cruz y Nuestra Señora de los Dolores. Y, si bien a principios de otoño podíamos confiar en que quizá la llegada de la vacuna pudiera permitirnos salir en procesión en primavera adaptándonos a las medidas de seguridad pertinentes, con la llegada del año 2021, los cofrades supimos que esta Semana Santa tampoco podríamos hacer estación de penitencia acompañando a nuestros titulares.

Como era de esperar, ante esta evidencia, aquellos que no entienden bien las cosas, e imponen desde su prisma una visión sesgada de la realidad, retomaron sus proclamas de que esta primavera, por segundo año consecutivo, tampoco habría Semana Santa.

Por ello, pese a que sea innegable que el ritmo de la pandemia nos cansa, que no tengamos la alegría y la ilusión de otras ocasiones, o nos encontremos apáticos y desganados, creo que los cristianos y los cofrades no podemos caer en las trampas de pensar que no va a haber Semana Santa o de llegar a esta desanimados y desilusionados. Si algo aprendimos el año pasado, es que la Semana Santa no se puede suspender.  (…)

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Índice del Pliego

I. LA EXPERIENCIA COFRADE DEL CONFINAMIENTO

II. POR SEGUNDO AÑO CONSECUTIVO

III. PANTALLAS INTERMITENTES

IV. LAS TRES CLAVES DE LA ESPIRITUALIDAD COFRADE EN TIEMPO DE PANDEMIA

1. La vivencia de la comunidad

  • La fraternidad
  • ¿Hay cofrades sin procesiones?
  • ‘Charitas Christi urget nos’

2. La veneración de las imágenes

  • Altares domésticos de pandemia
  • Las imágenes en el distanciamiento social

3. La procesión va por dentro

  • Manifestaciones públicas de fe
  • Procesiones que van por dentro
  • Procesionar en soledad

V. CONCLUSIÓN

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