Pliego
Portadilla del Pliego, nº 3.434
Nº 3.434

La cuestión ‘gender’: de la complejidad al diálogo

La campaña contra una supuesta “ideología gender” ha marcado las últimas décadas de la vida civil y eclesial en muchos países occidentales. Tal como la hemos conocido en Italia, se ha tratado de una campaña alarmista, difundida de manera capilar en las parroquias y, a veces, violenta en su retórica.



Me han informado personas cercanas de que lo mismo ha ocurrido en España. Por los tonos que ha asumido, así como por su entrelazamiento con la política (de derechas), no son pocas las tensiones y fracturas que esta campaña ha generado dentro de la Iglesia: en parroquias, diócesis y entre teólogos. También es considerable la cantidad de documentos y escritos teológicos polémicos que han surgido como consecuencia de ello.

Corazon Lgtbi Arcoiris

Creo que es importante que, como Iglesia, nos miremos en el espejo, tratando de interpretar lo que ha ocurrido. ¿Cómo ha sido posible que, en la Iglesia del post-Concilio, se haya generado una campaña que recuerda mucho al antimodernismo de finales del siglo XIX? ¿Por qué no hemos desarrollado todavía anticuerpos frente a estas dinámicas? ¿Qué podemos aprender? Mirarse al espejo sirve para no repetir ciertos errores en el futuro, para comprender mejor quiénes somos y quiénes queremos ser.

Corrección fraterna

Un análisis de lo ocurrido –severo, incluso, en algunos aspectos– no pretende ser una crítica porque sí, destinada a destruir y denigrar. Es, más bien, una corrección fraterna, hecha por amor a la verdad y por el bien futuro de la comunidad cristiana. Y es lo que se pretende ofrecer en estas páginas. Es urgente, después de todo, recomponer esas fracturas, calmar el clima, volver a hablarnos, volver a dialogar.

Para lograrlo, es indispensable comprender cómo nació esta campaña y cuáles son sus características. Hay que situarla, ante todo, en su dimensión histórica: la cuestión de la “ideología gender” nace en los años 90 en el ámbito de la Curia vaticana, coincidiendo con la Conferencia Mundial sobre la Mujer de Pekín (1995), que fue objeto de numerosas críticas por parte de la Iglesia, en particular del entonces cardenal Joseph Ratzinger.

Bandera de las derechas

Sin embargo, en su versión más extendida y organizada contra la “ideología gender”, la campaña estalla a partir de los años 2000. A través de diversas publicaciones católicas y del eco otorgado por el Vaticano, la cuestión de la “ideología gender” se situó en el foco de la atención mundial, convirtiéndose también en una bandera política de las derechas más tradicionalistas (y, según algunos, fascistas).

Algunos de los autores que contribuyeron a la formación del concepto de “ideología gender” son D. O’Leary, G. Kuby, M. Schooyans, J. Scala, M. Peeters, T. Anatrella (junto a muchos otros, en el ‘Lexicon’ publicado por el Pontificio Consejo para la Familia) y M. A. Peeters.

Orgullogay2023

Un intento de interpretar lo que estaba ocurriendo se encuentra en el artículo de S. Garbagnoli de 2014 (“L’ideologia del genere”: l’irresistibile ascesa di un’invenzione retorica vaticana), en el que la autora describe el proceso de etiquetado. Según esta interpretación, la expresión “teoría gender” fue inventada (y utilizada) para etiquetar, deformar y deslegitimar lo investigado en el campo de los estudios de género. En dicho ámbito, existen diversas elaboraciones teóricas que, sin embargo, fueron simplificadas, distorsionadas y disueltas en un solo contenedor denominado “ideología gender”.

Fantasma psico-social

En 2024, J. Butler (en su libro ‘Who is afraid of gender?’) interpretó el fenómeno de la creación de la “ideología gender” por parte de los anti-gender mediante la categoría de “fantasma” (tomada de J. Laplanche). El fantasma es una escenificación mental, a menudo inconsciente, que busca traducir o dar sentido a mensajes enigmáticos recibidos. Deriva de un trauma y/o de alguna experiencia concreta, y luego influye en deseos, sueños y relaciones.

El fantasma del gender, entendido como fenómeno psico-social, es un lugar donde se condensan los miedos y ansiedades organizadas socialmente con el fin de espolear pasiones políticas concretas. Es el fantasma de una “destrucción inminente” (cultural, social, económica…) que se proyecta sobre el gender. Fantasear con estar bajo un ataque justifica la defensa, incluso mediante el uso de la violencia y la discriminación (¡una amenaza de destrucción debe ser destruida, incluso violentamente!).

Incoherente y conspiranoico

Butler subraya que el discurso anti-gender es incoherente (por ejemplo: para algunos, la “ideología gender” sería liberal; para otros, marxista), pero precisamente por eso se adapta a las ansiedades sociales de cada lugar, asumiendo formas distintas en las realidades locales: su incoherencia es su punto fuerte, lo que la hace eficaz en contextos muy diversos. Si esto es cierto, según Butler, el diálogo con los anti-gender no es posible, porque no se sitúan en un plano racional: para ellos, todo pensamiento distinto del propio es demoníaco. Es una forma de conspiracionismo que no deja espacio a la argumentación.

El miedo al gender se difunde allí donde ya existen temor y pánico, es decir, en todas las sociedades que se sienten inseguras. Según Butler, la destrucción (social, ambiental, cultural, económica…) está verdaderamente en curso y, por tanto, el sustrato del miedo está presente. En lugar de combatir las causas reales de dicha destrucción (climática, social, económica, explotación, guerras, desigualdades, racismo…), las derechas reaccionarias y fascistas han desviado la atención de las masas señalando una causa fantasmática: la “ideología gender”.

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Índice del Pliego

  1. Nacimiento de la campaña ‘anti-gender’
  2. Algunas posibles interpretaciones: fantasmas y paranoias
  3. Dinámicas peligrosas
  4. ¿Una ideología ‘anti-gender’? ¿Cómo salir de ella?
  5. Algunos eslóganes de la campaña ‘anti-gender’
  6. Entonces, ¿qué hay?
  7. Caminos teológicos: una antropología relacional