Editorial

Obispos con un mapa renovado

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Un relevo constante sin apenas demora. La agilidad con la que la Santa Sede está respondiendo a las sedes vacantes de las diócesis españolas desde la llegada de Francisco se está traduciendo en cambios relevantes en el fondo y en la forma. Ahí están los cuatro cardenalatos concedidos hasta la fecha y 18 nombramientos episcopales, a los que esperan de aquí a 2021 una veintena, entre ellos nueve de los dieciséis arzobispos. Así, en apenas una semana, España se ha despertado con cinco obispos nuevos: tres auxiliares para Madrid, uno para Getafe y un quinto destinado a Rabat.

Así los cuatro nuevos obispos para la provincia eclesiástica de Madrid, además de suponer un respaldo al camino trazado por Carlos Osoro, reflejan también un salto generacional. El que representan cuatro hombres menores de 60 años llamados a aterrizar en la próxima década las reformas perfiladas en Roma y que se han esbozado en nuestro país con menos docilidad de la deseable entre el episcopado.

En el caso de los tres auxiliares se une además un dato nada baladí: todos entraron en el seminario tras concluir sus carreras civiles. Lo que antes se consideraban vocaciones tardías, hoy simplemente son reflejo de los procesos vitales acordes con los signos de los tiempos a los que hay que atender.

En el caso de Ginés García Beltrán, su mirada propositiva y capacidad comunicativa se presenta como don necesario para que su nueva tierra responda a esa mirada hacia las periferias, especialmente a la realidad migratoria, como el propio Papa ha expresado abiertamente a algunos de sus colaboradores.



Igualmente significativa, en otros términos, es la designación del español Cristóbal López Romero como arzobispo de Rabat, una muestra más de la disponibilidad y capacidades de los consagrados, en este caso un provincial salesiano, destinado a una plaza relevante en materia de diálogo interreligioso.

De esta manera, de la mano de la Congregación para los Obispos, el Papa no solo está dibujando un nuevo mapa del Episcopado español, sino que está trazando el perfil de ese pastor con olor a oveja que debe comprender su misión desde el servicio, el que nace del propio Jesús. Un nuevo estilo que no parece aterrizarse con volantazos, pero sí con algunos gestos más que significativos.

Aun así, no se han visto hasta la fecha decisiones creativamente evangélicas como el cura villero nombrado auxiliar de Buenos Aires o la propuesta nada descabellada de traer de vuelta a algún obispo misionero español que pudiera enriquecer a su país de origen con su experiencia de frontera y su mirada del Sur. Un nuevo mapa de obispos para diseñar un mapa renovado de Iglesia.


A FONDO (solo suscriptores)

  • Tiempo de mudanzas de obispos: la llave de la transición. Por José Beltrán
  • Tres nuevos obispos para patear Madrid. Por Rubén Cruz
  • ¿Habrá tiempo para la renovación del Episcopado? Por José Lorenzo
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