La Asociación Internacional de Exorcistas ha publicado estos días un comunicado que viene a jugar las veces de un manifiesto con el que buscan luchar contra el intrusismo, los fraudes y los mitos de un ministerio que solo se puede ejercer si ha sido confiado oficialmente por un obispo. Este pronunciamiento, como bien apunta el gremio, resulta más que pertinente en un tiempo en el que se han disparado las consultas de quienes, “dudando o convencidos de ser víctimas de una acción extraordinaria del demonio”, buscan una solución a su angustia vital.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
De puertas adentro
En el escrito, además de alertar sobre posibles estafadores ajenos a la Iglesia, resulta significativo que en varias ocasiones detengan su mirada de puertas para adentro, tanto en sacerdotes como en laicos que se consideran a sí mismos capaces de liberar a otros de una acción del maligno. No estaría de más que estas orientaciones generales contaran con un respaldo a pie de diócesis y de parroquia para que solo puedan llevar a cabo esta encomienda específica quienes tienen la “necesaria formación y actúan con el mandato de la autoridad eclesiástica”. Porque ser exorcista no es una película.