Cáritas invirtió 486,9 millones de euros en 2024 para acompañar a más de 2,1 millones de personas dentro y fuera de España. Estos datos que abanderan la memoria anual de la plataforma social de la Iglesia no son ni mucho menos un ejercicio de postureo, sino el fiel reflejo de la confianza depositada en ella. Una rendición de cuentas cuyas cifras, a la postre, ponen de manifiesto la entrega y credibilidad de miles de voluntarios y profesionales a pie de obra.
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Una red de economía social
Si Cáritas ha marcado un récord de inversión en recursos y proyectos, es porque la pobreza no se reduce. Más bien, cambia, como recogen los diferentes indicadores que presenta la confederación, con múltiples rostros de un descarte silencioso que ha dejado de vincularse solo a la indigencia extrema para camuflarse en una miseria que se oculta en la puerta de al lado del rellano.
De ahí, el empeño de Cáritas por convertirse en una de las mayores promotoras de empresas de inserción de España, una red de economía social que apuesta por rescatar a la persona no solo ante la emergencia, sino para dar todas las herramientas profesionales y humanas para salir adelante, y hacerlo con dignidad infinita.
