Teresa Gutiérrez JEC
Coordinadora Europea de JECI-MIEC

Y tú… ¿por qué estudias?


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La Cuaresma ha llegado a su fin y estamos de lleno en la Semana Santa. El desierto que hemos transitado este año ha sido especialmente árido. En Europa no tenemos la costumbre de vivir el terror de la guerra. Sabemos que existe, pero no tenemos la sensación de que nos pueda tocar. Lo vivimos como algo del pasado, o de países lejanos, así que esto es también una oportunidad para tener la realidad de frente y darnos cuenta de que el hecho de que los conflictos sucedan más cerca o más lejos no los hace más o menos reales. Hace dos años vivimos una Cuaresma y una Semana Santa en confinamiento durante una pandemia que aún no ha terminado y que nos había sumido en una especie de parálisis emocional provocada por la incertidumbre. Son tiempos duros, y en un momento tan desesperanzador es muy fácil conectar con el Jesús humillado, traicionado y crucificado. Pero no me gustaría olvidar que después de la muerte llega la resurrección.

Transformar por dentro

Personalmente, estas son las fechas en las que más reflexiono sobre el concepto del amor. ¡Ay, qué palabra tan maltratada! Y la máxima expresión del amor siempre me ha parecido la amistad. Esa amistad sincera y profunda que conlleva un trabajo lento, cariñoso y paciente. El amor es conocimiento, es servicio (no esclavitud). “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Jesús nos pide en unos días, en el día del amor fraterno, que nos amemos unos a otros, y unas a otras. Y como equipo de la JEC pienso: ¿qué mejor forma de amar podemos encontrar que poner al servicio del Reino tu estudio y lo que se te da bien hacer?

Esta semana nos vamos a Cáceres. Casi 100 militantes, acompañantes y consiliarios del movimiento rebosantes de ilusión y ganas de celebrar en comunidad la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Hacía mucho tiempo que no nos juntábamos tanta gente. Jóvenes estudiantes de la ESO, Bachillerato, Universidad o Ciclos Formativos, que aprovechan estos días sin clases para ser testigos de uno de los momentos más importantes de nuestro Calendario Litúrgico. Para muchos y muchas es la primera vez que asisten a un encuentro de la JEC y, aunque el trabajo que conlleva nos desborda, la alegría de ver tanta vida compartida eclipsa los imprevistos que pueden surgir. Es esperanzador ver cómo nuestro movimiento de jóvenes estudiantes crece y se vuelve a consolidar después de unos años algo desérticos, y en momentos tan difíciles para la sociedad que coinciden con la celebración de nuestro 75 Aniversario.

Nuestro amor en Cristo mantiene unidas a personas muy diversas y nos impulsa a poner nuestros talentos a disposición del encuentro, que puede ser un buen ensayo para estar a disposición del mundo. Quien tiene talento para las artes diseña carteles, camisetas o cuadernos. A quien se le ha dado el don de la música acompaña las celebraciones cantando y tocando. Las artes nos acercan a Dios y queremos sacarle partido. Las personas organizadas nos ayudan a coordinar y gestionar los asuntos logísticos que hacen que en los días nucleares podamos estar pendientes de vivir, celebrar y compartir. Estos son sólo algunos ejemplos, pero todo el mundo pone su granito de arena en algún momento. Los chicos y chicas son protagonistas reales del encuentro y empiezan a entender esto que nos gusta en la Acción Católica de transformarnos por dentro para transformar nuestros ambientes. “Seguir caminando para crecer” es el lema que marca la celebración de esta Pascua JEC22. Buscamos ser semilla que germine y crezca en la escuela y transmita la alegría del Evangelio, y queremos que tú nos acompañes.