A cantar forzó sus piedras
A bocabierta a reír
Hasta disparar sus muelas
A todos lados, lanzó
Sus rocas sobre las palmas
Batientes y abiertas,
Lavados y peinados
El Domingo de Ramos
En que grabaste en la muralla
Que si Jerusalén callaba
Las piedras romperían a cantar.
Los fieles con sus únicos trajes
Limpios, doblados y planchados
Tendidos sobre las calles
Rezaban, rogaban en procesión
Y piedras, rocas ni misiles
Tenían razón para romper
A cantar, pero la bestia de plutonio
De la carnicería encarnada
Descargó de su vientre de brasas
Sus piedras sobre el pueblo
Caminando al templo,
Adelantó la hora del matadero
Del viernes, los niños en el suelo
Matados con sus vestiditos nuevos.
Tenían derecho a danzar
Antes de la metralla,
Tenían derecho a bendecir
Antes de las espinas y clavos,
Tenían derecho a alabar
Antes del quemarropa
Y guardar limpia la ropa
Para la mortaja del Sábado.
¿Por qué tu Domingo no paró
Que sus piedras de guerra
Rompieran a cantar?