Teresa García, responsable de Difusión de la HOAC
Responsable de Difusión de la HOAC

Pueblo de Dios #EnSalida que escucha el clamor por la justicia


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Estamos a escasos días de celebrar en Madrid –del 14 al 16 de febrero de 2020– el Congreso de Laicos, con el lema ‘Pueblo de Dios en salida’. Es un momento que afrontamos con ilusión y alegría y, por qué no decirlo, con esperanza. Es una oportunidad que estamos llamados a aprovechar, sobre todo pensando en la continuidad que pueda tener tras su celebración. Oportunidad para abrir procesos de conversión en nuestra Iglesia, procesos para un cambio real que nos ayuden a caminar juntos en la dirección de ser más una Iglesia servidora de nuestra sociedad de la única forma que es posible ser una Iglesia evangelizadora, misionera: buscando ser y configurar toda nuestra existencia en Jesucristo como una Iglesia servidora de los pobres.



Procesos para hacer verdad en nuestras vidas lo que planteó el Concilio Vaticano II y a lo que nos invita incansablemente el papa Francisco: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (‘Gaudium et spes’, GS 1). “Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita… La tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos… Todos los cristianos…, están llamados a preocuparse por la construcción de un mundo mejor. De eso se trata…, y en ese sentido no deja de ser una signo de esperanza que brota del corazón amante de Jesucristo” (‘Evangelii gaudium’, EG 183).

un grupo de laicos en un acto en valladolid: Fotos Arzobispado de Valladolid

Esperamos y deseamos que la celebración del congreso y su posterior desarrollo en las diócesis nos ayude a crecer en:

  1. Una conversión integral en la Iglesia que ponga en el centro a los empobrecidos para ser realmente una Iglesia de los pobres, una Iglesia corresponsable y sinodal, una Iglesia ministerial, una Iglesia fiel a su misión constituyente de evangelizar.
  2. Un mayor testimonio de vida cristiana de quienes formamos la Iglesia, y de la conversión necesaria para que nuestra vida siga las huellas del Resucitado.
  3. Ser una Iglesia laical, de bautizados, todos y todas iguales en dignidad, empeñados en poner al servicio de la comunión y la misión la diversidad de carismas que el Espíritu Santo derrama con abundante generosidad.
  4. La conciencia de que la presencia eclesial en el mundo debe abandonar posiciones de privilegio –incluso aparente– para ocupar su lugar propio, que es el de los últimos, y poder así ser presencia reconocible del Reino de Dios que ha comenzado, aunque no lo agota en ningún caso.

“Signo e instrumento” de comunión

Así podemos crecer en ser “signo e instrumento” de comunión (‘Lumen gentium’, LG 1), encarnados desde el diálogo y el servicio, en un mundo tantas veces roto por la injusticia, la desigualdad y la falta de misericordia, en que se instrumentaliza, excluye y descarta a tantas personas, colaborando a cuidar la casa común y la familia que la habitamos según el proyecto amoroso del Padre, que quiere que todas sus hijas e hijos vivamos de acuerdo con la sagrada dignidad que Él nos ha dado.

Ser pueblo de Dios en salida es, ante todo, ser una Iglesia que “escucha el clamor por la justicia y quiere responder a él con todas sus fuerzas (…) Lo cual implica tanto la cooperación para resolver las causas estructurales de la pobreza y para promover el desarrollo integral de los pobres, como los gestos más simples y cotidianos de solidaridad ante las miserias muy concretas que encontramos” (EG 188). De tal manera que respondamos a nuestra vocación de “ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres” (EG 187), según el proyecto de fraternidad y siendo muy conscientes de que hacer oídos sordos al clamor de los pobres por la justicia “nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto” (EG 187).