Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Por qué el personaje de Judas Iscariote siempre vuelve?


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El tema

“Mi mente clara está / por fin descubrí donde todos vamos a parar. / Si quieres desnudar / al hombre del mito, verás sólo al hombre quedar […] Oye, Cristo, sé por qué te seguí /y te pido que me escuches a mí. / No lo olvides, yo lucho por la libertad. / No pensé que creerían /que eras su nuevo Mesías. / Y sólo eres un libertador”. Es parte de la canción de Judas en ‘Jesucristo Superstar’ –aunque no sería menos cierto el título de ‘Judas Superstar’–. Es la de Judas una figura que siempre va y viene en el imaginario colectivo.



Ya hablamos en este blog en cierta ocasión de los textos del llamado ‘Evangelio de Judas’ o de la interesante novela de Amos Oz. También del capitel francés que el papa Francisco evoca de vez en cuando con Judas y el Buen Pastor. También he podido entrevistar al obispo Antonio Gómez Cantero a partir de su obra teatral ‘Quieren borrar mi nombre’, una propuesta dramática en torno al apóstol Judas Iscariote. Siempre vuelve el enigmático personaje…

La serie

Una caja de seguridad de un banco suizo. Una moneda de plata recuperada en un violento atraco. Así es el comienzo de la serie ’30 monedas’ del director Álex de la Iglesia que se estrenó hace una semana en la plataforma HBO. Una serie de terror que en su cabecera rescata momentos de la pasión de Jesús como el ahorcamiento de Judas. De momento son 8 capítulos de una hora de duración que se van estrenando semanalmente a los que esperan que sigan dos temporadas más. Sin duda, un buen contraste para el ingente título de películas navideñas que proponen las plataformas audiovisuales por estas fechas.

Entre los protagonistas está el padre Miguel Vergara que es exorcista –con un accidente laboral a sus espaldas–, boxeador y antiguo presidiario que se refugia en un pueblo castellano donde suceden cosas que necesitarán una explicación… Para buscar esta explicación estará acompañado por Paco, el alcalde, y Elena, la veterinaria del pueblo –que saca un niño de una vaca, indiferente ante lo religioso pero que enciende cada día una vela en la iglesia del pueblo–. Ahí entra una de las 30 monedas de plata con las  que Judas traicionó a Jesús.

El texto

En la lectura de la Pasión según san Mateo (27, 3-9) se recoge el precio de la traición de Judas –en el de Marcos y Lucas no de indica una cantidad–. El valor de estas 30 piezas de plata se relaciona con la sangre y el fracaso personal. Un relato de indiferencias, traiciones y desencantos que cautiva la existencia de cualquiera en una redención que a veces puede parecer imposible.

Entonces Judas, el traidor, viendo que lo habían condenado, se arrepintió y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y ancianos diciendo: “He pecado entregando sangre inocente”. Pero ellos dijeron: “¿A nosotros qué? ¡Allá tú!”.

Él, arrojando las monedas de plata en el templo, se marchó; y fue y se ahorcó. Los sacerdotes, recogiendo las monedas de plata, dijeron: “No es lícito echarlas en el arca de las ofrendas, porque son precio de sangre”.

Y, después de discutirlo, compraron con ellas el Campo del Alfarero para cementerio de forasteros. Por eso aquel campo se llama todavía “Campo de Sangre”. Así se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías: “Y tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado, según la tasa de los hijos de Israel, y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había ordenado el Señor”.