MIÉRCOLES
Cuenta atrás para el Observatorio de lo Invisible. Cinco años como un encuentro de verano que vincula arte y espiritualidad. Sin exigir carné de militancia. El Real Monasterio del Escorial como sede de la cita. Al frente, el escultor y director de la Fundación Vía del Arte, Javier Viver. Durante la presentación de los talleres, Pablo pone sobre la mesa la inteligencia artificial (IA) y su capacidad para reproducir. También para crear. Lo mismo sobre lienzo que en resina. “Lo que nunca va a eliminar es el ansia de los escultores por tocar el barro”, advierte Matilde Olivera, un portento en el bajorrelieve. Viver refuerza: “La IA es una herramienta alucinante, una máquina de tallar espectacular que va a transformar el arte de este tiempo como lo hicieron otras técnicas en otro momento, llegando a lugares donde antes no se podía llegar. Pero hay que utilizarla con criterio, dotando de conciencia a la realidad, de ese alma que hay detrás del arte”. Ojalá el algoritmo no acabe marcando el latido del corazón.
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JUEVES
Alguno salió de la Capilla Sixtina “con cara de indio al que le robaron la chifla”. Lo comparte con naturalidad el cardenal Rossi. Sin desvelar secreto alguno, el purpurado jesuita deja entrever que el cónclave tuvo un recorrido inesperado para quienes pensaban jugar a las minorías de bloqueo de otras veces. Aquello discurrió de una manera más natural. El viento fresco soplaba ya antes del extra omnes.

Cardenal Rossi, durante el precónclave
VIERNES
Antes de terminar la rueda de prensa de la Conferencia Episcopal, el secretario general no se despide al uso. Nunca lo hace. Había ministros portavoces que recomendaban libros al rematar sus comparecencias. García Magán siempre busca hueco para una moraleja vital. En este caso, con la vista puesta en el verano. “Intento no olvidar nunca que, debajo del traje, somos personas, y esa persona necesita descanso y reparación”. Así sea.
LUNES
“Busco un centro de gravedad permanente”. Rigoberta Bandini lo entona. “Seguiré buscándolo toda mi vida. Como un náufrago que no llega nunca a su hogar”. Una y otra vez me persigue en Spotify. Otras tantas, voy yo a su encuentro. Hay quien se afana en quedarse en tierra firme. Ella lo canta con cierta angustia. A mi me lleva a otros mares. Duc in altum.
MARTES
Carmina: “Yo no miento. Cuando digo una cosa, se convierte en verdad”. No es la única que se lo cree.