No procastinar


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Es un hecho históricamente contrastable que las guerras y las epidemias han llenado los templos de fieles. En momentos de incertidumbre como el actual las religiones en general y la Iglesia católica en particular representa ese conjunto de valores a los que el pueblo (sea creyente o no) necesita aferrarse para sentirse seguro. Es más que posible, además, que tras el confinamiento, la Iglesia aumente su visibilidad y presencia y que ello acabe redundando en un afianzamiento de su influencia social, económica y política.



No despistarse

Es en esos momentos en los que podría darse la tentación de procastinar, dejando de lado cuestiones incómodas como la investigación de los abusos sexuales, la cuestión del pago del impuesto de bienes inmuebles o el papel de la mujer en la Iglesia. Conviene no despistarse.